viernes, 1 de abril de 2022

AQUILINO DUQUE. EL MONO AZUL.

  Hace veinte años el periódico ABC de Andalucía sacó para los quioscos esta colección de escritores andaluces. Un amigo de Sevilla me ha regalado varios que voy leyendo en el turno que para uno les toque. En esta ocasión El Mono Azul, una novela, otra novela, de la Guerra Civil muy bien escrita por este autor del que nadie habla ya, ni siquiera en ocasión de su muerte ocurrida el año pasado.

  Ahora el sevillano Aquilino Duque, el autor sería tachado de franquista, falangista y reaccionario; quizá sea otro de los motivos de su olvido, de los que ganaron la guerra y perdieron la paz. Umbral consideraba esta novela como un ejemplo de lo mejor que se producía en España en los setenta. De hecho esta novela quedó finalista del Nadal en el año 1974.

  La novela retrata una docena de personajes justo antes y durante la guerra. El ambiente de los cortijos con esas tensiones que fueron aumentando según pasaban los meses y los vendavales de la revolución iban calando en los huesos de unos y otros.

  Contiene las ciento cincuenta páginas párrafos dignos de señalar y que pueden dar una idea de lo que podía costar una decisión u otra: “Cuando en Murtales (pueblo al parecer ficticio pero que podría ser un área natural de la sierra de Almería), se tuvo noticia de la sublevación de Marruecos, nadie supo muy bien a qué carta quedarse”.

 

  “El frente tenía una gran movilidad en profundidad muy escasa; era una membrana que vibraba con violencia, pero sin llegar a romperse nunca”.

  “La guerrilla puede ser eficaz cuando se enfrenta a una invasión extranjera; en una guerra civil, la guerrilla es un trabuco que puede dispararse por la culata”. En esta guerra de ahora no se sabe bien si es una guerra de invasión extranjera o civil. Por eso, ante la apariencia, ante lo parecido de los uniformes, ante incluso la posible parentela todos se ponen a diario un brazalete de color.

  “Al día siguiente, en efecto, los recién llegados a la posición enemiga se estrenaban con un alarde artillero al que había que responder con algún que otro cañonazo, aunque sólo fuera por educación”. Los ucranianos han atacado un depósito de combustibles en suelo ruso, aunque no sea más que por educación. Me ha encantado.

  También contiene trazas del tremendismo: “Charo había visto un pobre hombre de pueblo, un isidro, que corría arrastrando de un brazo a su mujer, que le seguía con dificultad. Un casco de metralla le seccionó a la mujer limpiamente la cabeza, pero su cuerpo decapitado siguió corriendo aún unos metros del brazo del marido”.

  Y la explicación al título de libro: “El mono azul era el hábito de una cofradía, de una hermandad, de una fraternidad de víctimas y victimarios. No importaba que se rompiera o se manchara; era a la vez mortaja y traje de faena”.

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