lunes, 11 de septiembre de 2017

POR QUÉ NO SOY CRISTIANO. BERTRAND RUSSELL.




   Declara Savater en la contraportada que Russell fue su primera tutoría porque lo leyó antes que a nadie y que siempre le sigue siendo útil. Yo, aparte de Russell he tenido otros maestros en esto de ser ateo.  Christopher Hitchens, más histriónico y espectacular; mantuvo su fe intacta, su fe en el ateísmo hasta el último suspiro de la agonía. Periodista y ensayista británico. Daniel Dennett, filósofo y científico cognitivo estadounidense que es extremadamente claro en sus justos argumentos. Richard Dawkins, biólogo evolucionista y etólogo británico “inventor” del meme, ese gen egoísta que sí que nos domina. Sam Harris, neurocientífico y filósofo estadounidense… estos cuatro fueron los jinetes del apocalipsis que en el año 2007 grabaron su conversación de casi dos horas, se colgó en internet, y me vacunaron para siempre contra la superstición. Aunque ya tenía de por sí anticuerpos para dos o tres milenios. El humor en estas cosas de la religión también ayuda. Habría que hacer la prueba de personas que, sin estar influenciadas, pudieran escuchar el relato desnudo de lo que es la Biblia y el cristianismo.
  De Bertrand Russell he leído varios libros. Y el próximo que leeré será su Autobiografía. Mastodóntica vida pues murió anciano y, como siempre, lúcido. "En busca de la Felicidad" me pareció una delicia de sabiduría expresada con inteligencia y lógica aplastante. No me gustó tanto "El Conocimiento Humano", menos asequible, por lo menos para mis entendederas. Y este que acabo de terminar, esta explicación a través de más de medio siglo de estudiar y pensar de un ser privilegiado. Una conclusión que se podría abreviar aún si cabe: La religión no es razonable.
  “Ha habido una falta de oposición asombrosa a la mayoría de las intromisiones de los intereses eclsiásticos. Una de las razones parece ser la extendida creencia de que la religión es hoy moderada y tolerante y que las persecuciones son una cosa del pasado. Ésta es una peligrosa ilusión. Mientras muchos jefes religiosos son indudablemente sinceros amigos de la libertad y la tolerancia, y además firmes creyentes en la separación de la Iglesia y el Estado, desgraciadamente hay otros muchos perseguirían si pudiesen, y que persiguen cuando pueden”.
  “La cuestión de la veracidad de una religión es una cosa, pero la cuestión de su utilidad es otra. Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que son falsas”.
  “Mientras los sacerdotes continúen perdonando la crueldad y condenando el placer inocente, sólo pueden causar daño como guardianes de la moral de los jóvenes”.
  “El deseo de liberar al espíritu de la servidumbre de la carne ha inspirado muchas de las grandes religiones del mundo y es aún muy poderoso incluso entre los intelectuales modernos”.
  Si uno quiere entender cómo se las gastan los poderes de la Iglesia cuando son capaces de ostentarlo deben de leer cómo evitaron que Russell enseñara en la universidad de Nueva York. Me recordó a Sócrates.
  Libro imprescindible con una última lección:
  “El amor es sabio, el odio es simple”. He aquí la lección moral de este sabio irrepetible.
 

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