El término "Choni" lo ha empleado mi hija este
sábado. Fue el primer día que ha ido a una discoteca. 14 años. Sesión light en
un mega edificio del centro. Me dijo que allí abundaban las "chonis": exceso de
maquillaje, tacones altos y andar patoso por la falta de costumbre, descaro y
gestos broncos, ligeras de ropa. Algunas, me contaba, se arrimaban a la barra,
sacaban el culo, casi al aire, y lo movían arriba y abajo. Los chicos pasaban
de ellas, confesaba. “Nada más entrar algunos chicos se quedaron mirándonos,
¡como si fuéramos un trozo de carne!”. Espero que tarde en decirme que vuelve. “Choni”
puede valer para ellos y ellas. Todo esto me da un poco de pena, como, imagino,
le debió dar un poco de pena a mi padre el primer día que llegué a casa con los ojos vidriosos.
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