En 1935-1936 es
enviado a España por el periódico El Mundo y ahí es cuando escribe los cuentos
de lo que luego sería El criador de gorilas, junto con sus Aguafuertes
españolas.
Los cuentos tienen
un sabor a oriental y bien podrían haber sido una continuación moderna de Las
mil y una noches. Se habla de asesinos en bazares concurridos, de venganzas, de
deudas de juego. Por ejemplo en Ejercicio de artillería, se cuenta cómo unos
oficiales españoles tratan de saldar las suyas con un rico prestamista usando
inadecuadamente su herramienta de trabajo.
Este volumen lo vi
en el stand de Ediciones del Viento en la última feria del libro y pensé que
serían crónicas sobre los militares destinados en el protectorado marroquí. No
me importa haberme equivocado. El estilo es cortante, pulido una y otra vez
para dar un efecto mágico y exótico, donde los sueños, los mitos y las
supersticiones se ponen al servicio de la literatura.
3 comentarios:
Este lo leeré.
Un abrazo Hermi!
Hombre! Madison.. gracias por pasarte. Pues te recomiendo antes que este El Blocao, de la misma editorial y del que digo alguna cosa un poco más arriba. O el último de William Ospina que terminé de leer antesdeayer, La Serpiente sin ojos. O la fabulosa biografía de Gerald Brenan, El Castiilo interior que empecé ayer y que me está cautivando. Qué verano más provechoso... Un abrazo.
Aggg es un peligro visitarte, siempre me llevo títulos.
Madre mía cuanto he leído y a cuantos autores he conocido gracias a ti!
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