Hay una frase en Los
Miserables que dice: “En el amor Dios pone el talento; los hombres la tontería”.
En la película de Michael Haneke, “Amor”, no hay ninguna tontería, sólo hay
amor en estado puro al final de la vida. Son una pareja de ancianos viviendo en
una fabulosa casa parisina. Han sido profesores de música pero en la película
no existe banda sonora, tan solo fragmentos, cuando vienen al caso, de Schubert,
Beethoven, el resto es silencio, frases de
diálogos y realidad. La enfermedad hará poner a prueba la entrega de él. El
portero, el portero de la finca le da la enhorabuena por su comportamiento. Uno
con esta clase de películas se enfrenta siempre a su propio futuro y se
pregunta con angustia si sabrá estar a la altura. Y cuando acaba la película se
queda uno pegado al asiento y desea que se vaya antes todo el mundo. En la sala
apenas había cincuenta personas y al menos tres o cuatro se han marchado a la
media hora de empezar. No es la típica película para ir a pasar la tarde de un
domingo. Uno queda atrapado durante horas en un bofetón de realidad, al igual
que pasa cuando uno lee la novela de Roth, Patrimonio. Si hubiera alguien capaz
de rodar una película de ese libro sin duda sería Haneke.
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1 comentario:
Qué gran película ¿verdad? hay escenas escalofriantes, bellas.
Me he convertido en admiradora de Haneke, estoy viendo todas sus películas.
Buenas noches Ermi
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