martes, 9 de octubre de 2012

Ningún hombre se parece a otro.



   

  "El ambiente hasta entonces tenso de la casa de Víbora Park se tornó fúnebre. En pocos meses mis padres se convirtieron en unos ancianos que vivían prácticamente encerrados en su habitación. Mi casa olía a tumba y a culpa, y para escapar a aquella atmósfera me transformé en una especie de fujitivo, que pasaba todas las horas posibles en mi trabajo y al salir me sentaba en la Biblioteca Nacional a leer sobre la vida y la obra de los escritores suicidas (me dio por eso, y aún sigo sin saber de dónde me había brotado aquella necesidad casi necrófila)". 
  Leonardo Padura. 
  Sobre este gran escritor cubano: ayer fui a ver 7 días en la Habana. El guión podría haber sido un manojo de buenos cuentos pero en las manos de Benicio del Toro se han convertido en una película insoportable.   



  "Tengo sesenta años y mi organismo quiere cobrarme los excesos a que lo sometí. Ojalá me regale un fin rápido, que no me obligue a sufrir una larga agonía, como la de Lenin. Pero si ése fuera el caso y me viera imposibilitado de llevar una vida medianamente normal, quiero reservarme la decisión de poner fin a mi existencia: siempre he pensado que es preferible un suicidio limpio a una muerte sucia".
  León Trotski.



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