"El ambiente hasta
entonces tenso de la casa de Víbora Park se tornó fúnebre. En pocos meses mis
padres se convirtieron en unos ancianos que vivían prácticamente encerrados en
su habitación. Mi casa olía a tumba y a culpa, y para escapar a aquella
atmósfera me transformé en una especie de fujitivo, que pasaba todas las horas
posibles en mi trabajo y al salir me sentaba en la Biblioteca Nacional a leer
sobre la vida y la obra de los escritores suicidas (me dio por eso, y aún sigo
sin saber de dónde me había brotado aquella necesidad casi necrófila)".
Leonardo Padura.
Sobre este gran escritor cubano: ayer fui a ver 7 días en la Habana. El guión podría haber sido un manojo de buenos cuentos pero en las manos de Benicio del Toro se han convertido en una película insoportable.
"Tengo sesenta años y
mi organismo quiere cobrarme los excesos a que lo sometí. Ojalá me regale un
fin rápido, que no me obligue a sufrir una larga agonía, como la de Lenin. Pero
si ése fuera el caso y me viera imposibilitado de llevar una vida medianamente
normal, quiero reservarme la decisión de poner fin a mi existencia: siempre he
pensado que es preferible un suicidio limpio a una muerte sucia".
León Trotski.
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