He visto una película extraña. Me la recomendó un familiar. Su título: El Hombre en la Tierra. Un profesor de universidad, de treinta y tantos, se despide de sus compañeros en una fiesta. Tiene en realidad 14.500 años. Es una increíble historia que se va haciendo creíble según avanzan sus sorprendentes y eruditas explicaciones. Pero, como decía la canción ¿Quién quiere vivir para siempre?
Hoy he releído algunas cosillas de La Vida Eterna, de Savater. Cuenta el caso de una sibila de Delfos “a la que Apolo había prometido el obsequio de cumplir su mayor deseo: Ella solicitó no morir nunca y también padeció los horrores de una senectud interminable, hasta que convertida en una suerte de grillo amojamado acabó como juguetes de los niños. Los chavales la tenían encerrada en una jaulita, que zarandeaban gritando entre carcajadas: “Sibila… ¿qué quieres?”, y acercando el oído podían escuchar un chirrido estridente y agónico: ¡Quiero morir, quiero morir!”.
6 comentarios:
Emperdernido y tonto, bobo o como quieras llamarlo... sos, eres!!
Si estas tan -harto de este -estupido suicidio, deshazte como has hecho con CAFE de ARTISTAS
Feliz !!, bobo!!
Yo no me he deshecho de cafe de artistas.
Dejaré esto cuando no tenga nada más que decir. Empedernido, tonto y bobo quizá lo sea pero me apena que seas tú, anónimo, el que lo diga.
Un abrazo.
madre mía, cómo está el patio!
creo que el anónimo debe ser Sibila y le afecta este tipo de cosas.
saludos!
eee
Gracias por los comentarios, eee. No sé qué me da que debe ser aquel joven aspirante a escritor. Si es así, no debería perder el tiempo visitando este sitio.
Un abrazo.
No tonto!!! Uuuuuyyyuyuuuuyyy!!!
Avria!!!
Hola Hermi, estoy echando un vistazo a tu blog, y me llama la atencion ese interés por los escritores suicidas. Desde luego has hecho una interesante recopilación.
He elegido esta entrada para saludarte y de paso corregir a Fernando Savater -que nunca me ha caído demasiado bien-. La sibila que fue dotada por Apolo del mal de la inmortalidad, no es la sibila de Delfos sino la de Cumas.
Te dejo un pequeño cuento de Guillermo Piro (un joven escritor argentino que no creo que conozcas pero que es muy intersante lo que escribe). Seguro que te gustará.
Muerte de un poeta
Guillermo Piro
El abogado K., de la ciudad de H., dejó unos cuatro o cinco libros publicados y se suicidó hace algunos años. "De mi muerte, que no se culpe a nadie", empezaba diciendo su carta de despedida. Y continuaba: "Soñé con ser un verdadero poeta. Convencido de que nunca lo lograré, pongo voluntariamente fin a mis días."
Estas lineas de adiós representan la poesía más grande y conmovedora, digna del mayor aplauso, y, sobre todo, digna de ser imitada por muchos contemporáneos.
Y ya está... Chau
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