jueves, 20 de agosto de 2009

VLADIMIR MAIAKOVSKY, 1893, 1930.


“Lo difícil no es morir, sino seguir viviendo” Estas son de las últimas palabras que escribió Maiakovski. Héroe de la revolución y venerado por el pueblo como uno de los mejores poetas rusos de todos los tiempos.
Algunas críticas especialmente duras al final de su vida le llevaron a una profunda depresión. La estética de su obra se respeta pero está ya superada.
Una tarde se ve rodeado por una turba de jóvenes universitarios. Le increpan y le acusan de ser incomprensible. Él les espeta: “Cuando haya muerto me leeréis con lágrimas en los ojos”.
Tuvo también problemas de censura. Le ordenaron que quitara un cartel puesto en los tablones del estreno de su obra de teatro. Venía a decir que no había suficiente jabón y “baños” para lavar a tanto burócrata. Le ordenaron quitar el cartel.

“La existencia del poeta se rompe: a las 10 de la mañana del 14 de abril de 1930, Maiakovski pone fin a su vida en su estudio del pasaje Lubianski, utilizando, probablemente el mismo pequeño revólver español con el que ya había realizado un fingido suicidio al interpretar el papel de Ivan Nov, el poeta vagabundo, protagonista de la película Pero no por dinero.
Los últimos versos que escribió Maiakovski tienen un hondo sentido patético; parece como si en ellos quisiera disculparse de la absurda determinación que poco después iba a tomar, como si recordara su condenación del gesto desesperado de Esenin: “
“Lo difícil no es morir,
sino seguir viviendo”.

1 comentario:

Henrry Venegas dijo...

Saludos, amigo. Deseo saber de dónde es esa cita textual que publicas, pues la he leído (tal cual) en otros blogs y páginas. Me interesa porque estoy buscando información sobre Maiakovski.