Este es un libro de conversaciones entre un editor que me gusta mucho, el de la sevillana Renacimiento, Abelardo Linares, y un profesor y crítico de libros, Luis García Martín, Duelo al Sol.
Lo vi en la feria del libro antiguo y de ocasión de Recoletos y pensé que era un libro descatalogado pero no, es un libro de este mismo año 2025. Dicen llevar cuarenta años discutiendo y siguen siendo amigos. Un milagro en esta España polarizada donde muchas familias no pueden sacar el tema en las reuniones familiares.
Me ha hecho gracia una anécdota que cuenta sobre lo de leer en público, qué de mal gusto puede llegar a ser: “Si me lee usted algo, yo le leo”. Como una amenaza o tortura.
Una definición sui géneris sobre lo que debe ser un escritor: “es un hombre que debe tener un empleo, que debe ir a un café a hablar mal de este o del otro, a decir que escribir es una tontería y que a él no le gusta escribir. Entonces ya tiene la simpatía de los tontos de café que se creen listos, y lo elogian con entusiasmo, porque el escritor es tan tonto como ellos”. Así se las gastaban entonces.
El libro trata sobre la relación entre editores y escritores. Me he tenido que reír con la definición que hace Constantino Bértolo sobre lo que es un best seller:
“Libros que cuenten conflictos reales y no más misterios, en plan del manuscrito del diablo que los ángeles escondieron debajo de la Sábana Santa, que lamano de Fátima introdujo durante un crepúsculo en la catedral del mar y que, para escándalo de los hombres que no amaban a las mujeres encontraría, en un amanecer con luna nueva, un niño con un pijama de rayas que, a la sombra del viento y los pilares de la tierra, soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”.
De José Hierro:
Cuando me quedo más solo,
no estoy solo estoy conmigo
y a nadie le tengo miedo
si me tengo a mí conmigo.
De José Ingenieros:
La envidia y la emulación
parientes dicen que son;
aunque en todo diferentes
al fin también son parientes
el diamante y el carbón.
Del mini ensayo de Ingenieros en cuanto a la
envidia:
“Toda la psicología de la envidia está
sintetizada en una fábula, digna de incluirse en los libros de lectura
infantil. Un ventrudo sapo graznaba en su pantano cuando vio resplandecer en lo
más alto de las toscas a una luciérnaga. Pensó que ningún ser tenía derecho de
lucir cualidades que él mismo no poseería jamás. Mortificado por su propia
impotencia, saltó hacia ella y la cubrió con su vientre helado. La inocente
luciérnaga osó preguntarle: ¿Por qué me tapas? Y el sapo, congestionado por la
envidia, sólo acertó a interrogar a su vez: ¿Por qué brillas?”.
Ayer me vacunaron de la gripe y algo ha debido pasar en el revuelo de mis células para que me pasara la noche soñando con ratas. Concretamente con dos. Una grande y otra chica que habitaban en el salón de una casa vieja con suelos de madera podrida. La grande se hacía dueña de un trozo jugoso de entrecote. La pequeña quería comer pero la grande la empujaba todo el rato a que comiera de un charco putrefacto plagado con larvas de gusano. Se las comía de manera glotona pero enseguida iba de nuevo hacia el entrecote y otra vez la rata gorda, entre chillidos, empujaba a la pequeña hacia la gusanera.
Hablan de la universidad, de los estudios que se hacen en ella. El profesor G.M. (Abelardo Linares no ha pasado por la universidad pero yo lo considero un sabio. Otra que no pisó la universidad, me entero, es Gloria Fuertes hasta que no fue allí a dar clases. Otra, Begoña Gómez) dice que:
“La literatura nace y vive en otra parte; en la universidad solo se embalsama. Y se embalsama mejor cuando deja de estar viva, o al menos dejan de estar vivos y dando guerra sus autores”.
También tiene este libro un aire de denuncia. “Las distintas administraciones públicas dedican una inmensa cantidad de dinero a la cultura, que en realidad no va a la cultura sino a la administración de la cultura”. Y sigue explicando que en la Dirección General de Cultura en Sevilla había conserjes, guardias de seguridad, funcionarios, pero nada de dinero ante una solicitud suya para un proyecto editorial. En fin, esto es España.

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