LAS NOVELAS DE TORQUEMADA. BENITO PÉREZ GALDÓS.
TORQUEMADA EN LA HOGUERA.
TORQUEMADA EN LA CRUZ.
El día 21 de junio de 2022 se presentó el libro de Vargas Llosa titulado La mirada quieta, sobre la obra de Benito Pérez Galdós. Moderaba Juan Cruz, el pequeño periodista metido en todas estas cosas de la cultura libresca y mi admirado Andrés Trapiello, en realidad el principal motivo por el que asistí a aquella presentación. Bueno, y lo que pudiera decir el recientemente desaparecido premio Nobel.
El novelista peruano español declaró que aprovechó la pandemia para leer la obra completa de Pérez Galdós. Son muchos libros, muchas novelas, mucho ensayo. En un momento dado, siguiendo lo que seguramente era el índice del libro (leído no hace mucho) dijo que Torquemada en la hoguera era una obra de arte sin paliativos. Naturalmente me quise hacer con una edición comestible y la busqué. Había algunas en wallapop pero eran ediciones con letra pequeña, viejas. En la Cuesta de Moyano tenían una primera edición, muy bonita (me la enseñaron) a trescientos cincuenta euros. Así, buscando acabé en la Visor y me llevé las cuatro novelas editadas en una cuidada edición de Cátedra. Tiene un completísimo prólogo de Ignacio Javier López.
Efectivamente Torquemada en la hoguera es una novela buenísima. Pero creo que eso ya es mucho decir. Creo que es más que una novela, un cuento largo. Habla de Francisco Torquemada dedicado a ser un avaro prestamista, sin empatía y compasión por la suerte de sus semejantes. Tiene una hija veinteañera que cuida en parte de la casa, con un novio enclenque a poco de terminar medicina y un hijo de doce años que, vistos sus avances en los estudios, una eminencia en ciernes. A veces te dan ganas de carcajear cuando escribe expresiones tal que esta: “Uno de aquellos maestrazos, queriendo apurarle, le echó el cálculo de radicales numéricos, y como si le hubieran echado almendras”. Otro: “Este señor Bailón es un clérigo que ahorcó los hábitos”.
Tiene en él depositadas grandes esperanzas. Será su continuador multiplicado por la inteligencia. Pero un día llega malo del colegio. La consecución de la enfermedad del hijo es una derrota de las que pasan en la vida.
Me he emocionado de veras con el final de la novela. Aun sabiendo el final, aun sabiendo el desarrollo, la forma de contarlo, con la pérdida del hijo, la desesperación del padre… “Al propio tiempo soltaba de su fruncida boca un rugido feroz y espumarajos. Las contracciones de las extremidades y el pataleo eran en verdad horrible espectáculo: se clavaba las uñas en el cuello hasta hacerse sangre”. Me ha recordado a la reina Isabel cuando pierde a su nieto Miguel, reclamando a gritos a Dios por la crueldad e injusticia de su designio.
“Al verle con aquella enfermedad tan mala, que era, según ella, una reventón del talento en la cabeza”.
Torquemada en la Cruz, ya lo dijo de las siguientes MVLL y Trapiello, es más floja. Trata de los asuntos de casorio una vez que su mujer, Silvia, ha muerto. Conoce a las hermanas Cruz y se suceden vicisitudes que las hermanas y con Rafael, el hermano ciego. Es más pesada y convencional pero se deja leer, como todo lo de BPG. Tienen un protector los hermanos llamado Donoso que a su vez tiene una mujer, la más doliente de cuantas existan: “De tal modo creía ejercer el monopolio del sufrimiento físico, que tiritaba cuando le decían que pudiera existir alguien tan enfermo como ella”.
Otra escena con la que me he reído. Rafael se escapa de casa a pesar de estar ciego y se va a deambular por el Madrid del Paseo del Prado. Siente el venir de unos perros vagabundos. “Dos perros vagabundos se llegaron a él, y le olieron y le hocicaron. Quiso Rafael retenerles con vos cariñosa; pero los dos animales, que debían de estar dotados de gran penetración y agudeza, entendieron que de allí muy poco o nada sacarían”. Qué genialidad. Seguimos para las dos siguientes.


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