He visto que todavía no hace ni dos años que
empecé a leer estos diarios. Catorce son los leídos hasta ahora. Y no me cansan a
pesar de que, como habré dicho en alguna ocasión, se repite en los temas: Las
Viñas, las conferencias, sus hijos, su mujer, las cuitas con sus colegas, las
conversaciones, las mujeres guapas. No me canso. Ya tengo pedido El Tejado de Vidrio. Creo que el tercero de la
serie. Y ya creo que será bastante difícil encontrar más, al menos de precio
razonable. Este libro es el correspondiente al año 97, editado en el 2002.
Las cosas las cuenta con humor: “Cuando se
despidió, me dijo, te pasas la vida esperando que venga por cualquier parte,
por los pulmones, por el corazón, por el estómago, por la columna, pero nadie
piensa que también pueda llegar por ahí. Estuvo a punto de escapárseme que ése
era el camino más recto, pero por suerte me contuve a tiempo”. Hablando de un
problema en el colon de un amigo.
Sus hijos son adolescentes aquí. “Los cambios
de los adolescentes se anuncian por mínimos indicios, pero suelen ser
irreversibles”.
“Quizá a partir de los diecisiete años ya no
vuelven nunca. Se van y vienen a verle a uno, pero volver ya no vuelven”.
Cuando ya estaba acabando su lectura me he
encontrado un párrafo en el que habla de la novela El doctor Zhivago. Qué
casualidad que ayer, mientras E. buscaba al dependiente para comprar su Mac air
–menudo dispendio- encontré una edición de Galaxia de bastante calidad.
“En 1957 se publicó el doctor Zhivago en Europa, y sólo en 1988 se pudo publicar en la URSS. Pasternak murió en 1959, y en 1960 Olga Ivinskaia, su amante, presa en un gulag por segunda vez escribe una carta al presidente del Soviet Supremo y presidente de la Unión Soviética, Nikita Kruschev, delatando a su antiguo amante, ya muerto, con el propósito de ver reducida su condena”. Otra novela del autor de la novela. Hay que remediar el que todavía no haya leído este libro.
“En 1957 se publicó el doctor Zhivago en Europa, y sólo en 1988 se pudo publicar en la URSS. Pasternak murió en 1959, y en 1960 Olga Ivinskaia, su amante, presa en un gulag por segunda vez escribe una carta al presidente del Soviet Supremo y presidente de la Unión Soviética, Nikita Kruschev, delatando a su antiguo amante, ya muerto, con el propósito de ver reducida su condena”. Otra novela del autor de la novela. Hay que remediar el que todavía no haya leído este libro.
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