
Sus primeras obras hablan de la guerra, de la relación entre los hombres, de los deportes y un poco del desprecio por las mujeres. Al contrario que Borges, Motherlant era un apasionado del fútbol, quizá porque, como dijo una vez Javier Marías, los partidos de liga son una vuelta semanal a la infancia.
Motherlant fue un suicida convencido. Aparte de tragarse una pastilla de cianuro se disparó un tiro en la boca. Debido a un accidente se estaba quedando ciego. Le dejó una nota a un amigo: Me estoy quedando ciego; me mato.
Tenía 77 años, había vivido una guerra, estaba enfermo, vivía en París y sabía que iba a descansar por toda la eternidad en Roma. ¿Por qué no?
2 comentarios:
En este caso para malvivir, para sentir que no se puede volver a tener una vida plena, mejor morir ¿por que no? Pero hay que tener valor
Un saludo, Hermi
Así es. Una vida tan limitada es mucho menos vida, y para ellos -hay que respetarlo- no merece la pena vivirla.
Un saludo.
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