Henry de Montherlant nació en el norte de Francia en 1895 pero sus restos reposan en Roma, en forma de polvo, entre las piedras del Templo de la Fortuna Viril. Su obra más conocida tiene algo que ver con el toreo: Los bestiarios, sobre una buena familia andaluza en el mundo de los toros. ¿Y por qué reposan sus restos en Roma? A la muerte de su padre la educación recayó en su madre, quien a la sazón era devota de la literatura. Quo Vadis, de Henryc Sienkiewicz marcará su vida.
Sus primeras obras hablan de la guerra, de la relación entre los hombres, de los deportes y un poco del desprecio por las mujeres. Al contrario que Borges, Motherlant era un apasionado del fútbol, quizá porque, como dijo una vez Javier Marías, los partidos de liga son una vuelta semanal a la infancia.
Motherlant fue un suicida convencido. Aparte de tragarse una pastilla de cianuro se disparó un tiro en la boca. Debido a un accidente se estaba quedando ciego. Le dejó una nota a un amigo: Me estoy quedando ciego; me mato.
Tenía 77 años, había vivido una guerra, estaba enfermo, vivía en París y sabía que iba a descansar por toda la eternidad en Roma. ¿Por qué no?
domingo, 29 de enero de 2012
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2 comentarios:
En este caso para malvivir, para sentir que no se puede volver a tener una vida plena, mejor morir ¿por que no? Pero hay que tener valor
Un saludo, Hermi
Así es. Una vida tan limitada es mucho menos vida, y para ellos -hay que respetarlo- no merece la pena vivirla.
Un saludo.
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