No me ha gustado mucho, pero no por la novela si no por mí. Igual que ya he abandonado la posibilidad de leer poesía así estoy abandonando la idea de leer novela. Al comenzar me parece estar asistiendo a la enésima serie de cualquiera de las plataformas existentes. Sencillamente me cuesta mucho creerme lo que leo.
Hay una escena del protagonista con una pistola y la chica que cae rendidamente enamorada. Creo que hasta al autor le da perece en narrar otra vez una escena de sexo, otra enredadera argumental. David Zimmer es un escritor y profesor de literatura. Yuna vez escuché en televisión o en la radio o tal vez lo leí por ahí que la profesión más alejada de la literatura es ser profesor de literatura. Pues bien, éste emprende un estudio sobre un antiguo director de cine seguramente escapado de la Europa en guerra.
Dice la contraportada (qué exageradas eran antes las reseñas profesionales) “Hector Mann es una auténtica proeza de astucia literaria e inteligencia… Hector Mann es una creación realmente inspirada, más verosímil que muchos actores de carne y hueso”. Pues sí, que se lo pregunten a Cervantes de quien muchos japoneses vienen de visita a España buscando la tumba de Don Quijote.
“¿Ha intentado suicidarse alguna vez, señor Zimmer? No ¿Lo ha pensado alguna vez? Claro que lo he pensado. Si no, no sería humano”.
“La cuna tiene algo de tumba; la tumba algo de la cuna”. Traducción del texto que el personaje traduce del libro de Chateaubriand, Memorias de Ultratumba. Para mí de lo más acertado de la novela. También sale el libro de memorias de Buñuel El último suspiro.
Un párrafo de actualidad:
“Siempre hay algún fanático por ahí suelto con suficiente odio en el pecho para matar judíos, desde luego, pero quien hace eso quiere que su crimen se conozca, desde utilizarlo como ejemplo para asustar a otros, y cualquiera que pudiese haber sido el destino de Hector, una cosa era cierta, y es que nunca se había hallado su cadáver”.
Creo que como de Amis, de Roth, de tantos desaparecidos estos últimos años, me despido para siempre de mi queridísimo Auster para siempre. Descanse en paz y que las próximas generaciones se acerquen a él.
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