jueves, 29 de mayo de 2025

EL ARPA DE HIERBA. TRUMAN CAPOTE.

  Desde que leí A sangre fría siempre he esperado con el mismo entusiasmo algún libro de Capote que me brindara esa emoción. Pero rara vez lo he conseguido. El Arpa de Hierba es para mí una novelita menor del sureño aunque diga lo contrario la contraportada. La repentina muerte de sus padres hace que el joven Colli, alter ego de Capote, tenga que ir a vivir con sus tías solteronas. “convierte en situación privilegiada para rastrear las pulsiones secretas y el andamiaje espiritual que rigen los destinos individuales de una pequeña comunidad, al tiempo que describe con notable agudeza la iniciación a la vida de su joven narrador”. Grandilocuencia.

  No me ha gustado. Me despido atentamente de Capote. Creo que lo he leído todo de él y no podía haberme despedido con peores resultados.


 

lunes, 26 de mayo de 2025

PAUL AUSTER. EL LIBRO DE LAS ILUSIONES.

   Hacía muchos años que no leía nada de Auster a pesar de que hubo una época en la que lo leía mucho. ¿Y cómo me decidí a leer éste? Pues una mañana fuimos al centro de Madrid y mientras ella compraba ropa en un gran centro comercial de la Gran Vía yo entré en La casa del Libro. No pensaba comprar nada pero al final me decidí por el de Olga Tokarczuk, Los Errantes. Poco a poco de esa mujer premio Nobel hay que leerlo todo. El caso es que al lado de mí oí que una mujer le pedía una novela de Auster, no recuerdo cuál. Pero el vendedor, mediana edad, pasadito de peso, calvo, como un cocinero veterano de cocina francesa, le preguntó si había leído éste, El libro de las ilusiones. Ella respondió negativamente y me quedé con la copla: “es la mejor novela del americano”, enfatizó muy convencido. Así que nada más llegar a casa lo busqué en wallapop y lo encontré en una vendedora cerca de casa y de propina le compré otros cuatro, a cinco euros de media.

  No me ha gustado mucho, pero no por la novela si no por mí. Igual que ya he abandonado la posibilidad de leer poesía así estoy abandonando la idea de leer novela. Al comenzar me parece estar asistiendo a la enésima serie de cualquiera de las plataformas existentes. Sencillamente me cuesta mucho creerme lo que leo.

  Hay una escena del protagonista con una pistola y la chica que cae rendidamente enamorada. Creo que hasta al autor le da perece en narrar otra vez una escena de sexo, otra enredadera argumental. David Zimmer es un escritor y profesor de literatura. Yuna vez escuché en televisión o en la radio o tal vez lo leí por ahí que la profesión más alejada de la literatura es ser profesor de literatura. Pues bien, éste emprende un estudio sobre un antiguo director de cine seguramente escapado de la Europa en guerra.

  Dice la contraportada (qué exageradas eran antes las reseñas profesionales) “Hector Mann es una auténtica proeza de astucia literaria e inteligencia… Hector Mann es una creación realmente inspirada, más verosímil que muchos actores de carne y hueso”. Pues sí, que se lo pregunten a Cervantes de quien muchos japoneses vienen de visita a España buscando la tumba de Don Quijote.

  “¿Ha intentado suicidarse alguna vez, señor Zimmer? No ¿Lo ha pensado alguna vez? Claro que lo he pensado. Si no, no sería humano”.

  “La cuna tiene algo de tumba; la tumba algo de la cuna”. Traducción del texto que el personaje traduce del libro de Chateaubriand, Memorias de Ultratumba. Para mí de lo más acertado de la novela. También sale el libro de memorias de Buñuel El último suspiro.

  Un párrafo de actualidad: 

  “Siempre hay algún fanático por ahí suelto con suficiente odio en el pecho para matar judíos, desde luego, pero quien hace eso quiere que su crimen se conozca, desde utilizarlo como ejemplo para asustar a otros, y cualquiera que pudiese haber sido el destino de Hector, una cosa era cierta, y es que nunca se había hallado su cadáver”.

  Creo que como de Amis, de Roth, de tantos desaparecidos estos últimos años, me despido para siempre de mi queridísimo Auster para siempre. Descanse en paz y que las próximas generaciones se acerquen a él.   

jueves, 22 de mayo de 2025

M. EL HIJO DEL SIGLO. ANTONIO SCURATI.

 

  La otra noche, en una cena con amigos, se me calentó la boca de más. Es cierto que parte de la culpa la tuvo un vinillo más que aceptable de Madrid y la postura recalcitrante de un contertulio querido que defendía que el gobierno ¡no pudo hacer nada para detener a Puigdemont! en su visita programada a Barcelona, hace unos meses. “Si lo sabía yo, el último de los mindundis de este país, ¿no lo va a saber el CNI, la Guardia Civil, etc?”. El caso es que me descontrolé un poco y llamé abiertamente fascista a este gobierno destructor de instituciones, poderes y Estado en general. “¡Sí, es un gobierno fascista!”. A partir de ahí se hizo un incómodo silencio, yo me arrepentí, pedí perdón por la intensidad, cambié de tema y seguimos con nuestras propias tonterías. No hay nada como sacar tema “culo, caca, pis” para rebajar tensiones y producir risas tontas.

  El caso es que al día siguiente proseguí con mi lectura de M. el hijo del siglo, y me encontré algunos párrafos:

 “Los socialistas han llegado incluso a expulsar del partido a ese Benito Mussolini que antes de la guerra era su estrella en ascenso”.

“El programa de los Fascios de Combate…, salvo por la revolución, es un programa casi idéntico al de los socialistas revolucionarios, más a la izquierda de los reformistas. Un programa concebido por los expulsados del socialismo para atraer a sus antiguos camaradas”.

  Programa de los Fascios:

 “jornada laboral de 8 horas, salarios mínimos, representantes sindicales en los consejos de administración, gestión obrera de las industrias, distribución de tierras no cultivadas entre los campesinos, escuela laica financiada por el estado. Impuestos extraordinarios, expropiación parcial de todas las riquezas, incautación de todos los bienes de la iglesia”.

Estas soflamas podrían suscribirlas hoy mismo este gobierno, sobre todo con sus socios comunistas de Podemos y Sumar. Y, aclaro de nuevo, es un programa fascista.

 

  Este libro lo compré por wallapop a menos de la mitad de su precio, completamente nuevo sin estrenar. Era una chica joven la cual me confesó que lo abandonó a las pocas páginas por ser un tema, dijo, que no le interesaba nada. Lo del peligro de repetir la historia (trágica) si no se conoce bien el pasado.

Tanto me ha interesado, tanto he disfrutado de su forma de contar las cosas que doy por seguro que en la feria del Retiro de este verano me haré con los siguientes dos tomos.

  “La plaga asiática está a las puertas”. Winston Churchill.

  “La política de masas resulta del todo ajena a los intereses de los hombres de poder tradicionales. Para ellos hay que mantener al pueblo a distancia, a raya, acuclillado, en un estado de permanente minoría de edad”. Nitti, liberal demócrata.

 

  “León Trotski que antes de la revolución era un hombre de letras apodado el Plumilla, se levantó de su escritorio y organizó en pocos meses el Ejército Rojo, el mayor ejército popular de la historia, millones de trabajadores y campesinos alzados en armas, un nuevo concepto de la guerra de movimiento a escala planetaria”.

“-Sabéis tan bien como yo hasta quú punto la política es teatro. Todos son comediantes. Ese Mussolini es un buen histrión”. No son pocas las veces que he dicho que Sánchez es el mejor y más competente de los actores del hemiciclo.

  “Mossolini sabe, como pocos, que la realidad estriba únicamente en el poder del hombre para construirla, y que solo se crea con la actividad del espíritu”.

  “El pueblo, por sí mismo, no está en condiciones de ejercer directamente la soberanía, solo puede limitarse a delegarla”. El Duce.

  En fin, estupendo libro que fue motivo de toda una tertulia en La Cultureta y que tantas veces (no todas) aciertan con mis gustos. Ya en el punto de mira su El hombre de la providencia.

jueves, 8 de mayo de 2025

EL LOCO DE DIOS. JAVIER CERCAS


 

Ayer salí a entrenar en la bici con una amiga y fue una mañana de perros. Vamos a ver, fuimos charlando amigablemente, la temperatura era más que agradable y el café del intermedio estaba muy rico; me refiero a que los perros estuvieron muy presentes.

  Llegando a Brunete, mientras íbamos paralelos por una vía de servicio a la vía de los coches, vimos una especie de galga en medio de la calzada esquivando a los coches que pasaban a cien kms/h. Algunos frenaban, otros pasaban rozándola. Hemos parado y yo la llamé con un dátil en la mano por si venía a comer, igual que llamo a mi nieta-can, que la tía siempre viene por el interés. Se acercó con la intención de cogerla por encima de la valla. Una valla metálica de mi altura. Pero se asustó, volvió al asfalto y nos fuimos rápido sin querer ser testigos de un atropello traumático. A la vuelta pasamos por el mismo lado y no vimos “restos” de nada, ni sangre ni perra. Alegría.

  Al dejar a mi amiga en su coche seguí yo para hacer algún km más y me llamó otro amigo de la bici. No podía hablar. Lloraba y apenas podía entenderle. Ya sabía que se le había muerto la perrita hacía unos días (me acababa de enterar por la amiga y pensaba llamarle por la tarde) y me contaba que dentro de la pena estaba contento porque la empresa encargada le había traído sus restos y la huella de su patita impresionada en escayola. Le he entendido en su dolor. Llevamos miles de años con criaturas que nos hacen felices, que son leales y que nos quieren por encima de cualquier otra consideración. “Ya está otra vez con nosotros”, se consolaba. Aclarar que la perrita tenía catorce años, que la habían operado de un cáncer, que le habían dado dos sesiones de quimio y que el veterinario (¿debería decir doctor?) le había dicho a mi amigo que todo era paliativo, que su muerte estaba próxima. Qué pena de vida y de muerte que nos va arrebatando todo.

  Y enlazo con el libro de Cercas El loco de Dios, sobre el viaje a Mongolia del autor con el Papa recién desaparecido. Lo terminé ayer. En muchos márgenes he puesto la palabra entre signos de admiración: ¡¡¡Repe!!!! Porque la verdad es que se repite mucho en citas, anécdotas… se conoce que no le han dado las vueltas suficientes a la corrección. Pero el caso es que sí, al final me he emocionado mucho.

  He subrayado párrafos enteros. De un subrayado que ocupa casi una página entera resalto aquí el principio: “¿Y si Nietzsche se equivocaba y el cristianismo no es una negación de la vida sino una rebelión contra la muerte y por eso la resurrección de la carne y la vida eterna están en su centro, porque representan la vida más allá de la vida, más allá de la muerte?”. Luego ha enlazado el principio con toda la conversación que tiene con el Papa, que deja para el final, y con la propia muerte de su propia madre, que falleció año y medio después de terminar el libro. Acaba el párrafo: “¿Y si lo imposible es cierto?”.

  Si hay gente que a estas alturas sigue creyendo en este socialismo, ¿no va a ver gente creyendo en la resurrección de la carne y en la vida eterna? El cristianismo nos ofrece vida en el más allá; este socialismo nos ofrece un aumento de las pensiones, un aumento del SMI, paz en Cataluña (carísima) una catástrofe semanal, la vida política convertida en un lupanar y que no gobierne nunca el PP. Por cierto, según el CIS el apagón ha reforzado al gobierno. Mal ejemplo. Dos más y tendremos mayoría absoluta.

 

  “La literatura es un instrumento de conocimiento: sirve para comprender”.

  “El libro más dramático que encontré, con tan mala fortuna que resultó ser San Manuel Bueno, mártir, una novela de Miguel de Unamuno donde se refiere la historia del cura de un pueblo, Valverde de Lucerna, que ha perdido la fe y pese a ello continúa predicando la palabra de Dios a sus feligreses, convencido de que, sin ella, no sobrevivirán al dolor de la existencia y a la soledad del mundo”. No se me ocurre un resumen más certero.

  En conversación sobre el padre Spadaro sobre fe y razón: “Cuando el loco de Nietzsche grita Dios ha muerto, añade: Y nosotros lo hemos matado. Y ese nosotros es la razón. La Ilustración. Cuando la razón y la fe entran en conflicto, la fe pierde”.

  Unas pegas al Papa recién desaparecido. En 2015 el atentado de Charlie Hebdo: “No se puede insultare la fe de los demás”, comparando el chiste con el insulto. Una civilización sin broma se convierte en un infierno. Que se lo pregunten a las mujeres de Afganistán. “La civilización consiste en poder pitorrearse hasta de lo más sagrado sin que nadie te mate. Sin que nadie te pegue siquiera un puñetazo”.

  A Cercas, siempre cerca.