Tanto
me gustó el tono y el estilo de El Director, su honestidad y valentía que en
cuanto supe de este libro me fui a por él como regalo, auto regalo de
cumpleaños.
Me encantan estos libros que hablan de las
crónicas, de historia mezclado todo con las vivencias del escritor, en este
caso también reportero. Uno de nuestros mejores reporteros.
En esta ocasión ha seguido los pasos de otros
tantos autores metidos en guerras y conflictos.
Tiene varios capítulos dedicados a ellos. El
primero Somerset Maugham, en Camboya, que empalma con la actualidad. El actual
rey, Sihamoni fue a ver a su padre porque se encontraba enfermo. Vivía éste en
París con su amante rodeado de lujos y entretenimientos sin fin. Su padre lo
llamó a su lado. “En cuanto el príncipe apareció por el palacio, su padre
ordenó que le quitaran el pasaporte, abdicó y lo forzó a aceptar el trono. Hoy
es una figura distante y ceremonial”. Con lo agustito que esta él en París”.
Somerset tiene una novela titulada El Velo
pintado donde se detalla la vida de los hombres fumadores de opio. “Algunos de
nosotros buscamos el Camino en el opio y otros en Dios, algunos en el whisky y
otros en el amor. Es todo lo mismo y no conduce a ninguna parte”.
Hay otro capítulo dedicado a la viajera Martha
Gellhorn de quien desconocía su existencia. Habla de China y de sus costumbres
poco higiénicas. Pero parece que se están occidentalizando. “Aunque los
retretes japoneses siguen llevando la delantera, los chinos pueden visitar un
baño público y decir al fin: somos una potencia”. Debió ser una mujer de armas
tomar. O mejor dicho, de transportes tomar. No paró hasta el final: “A los
ochenta y nueve años, diagnosticada de cáncer de ovarios y tras haber perdido
parte de la visión, se retiró a su casa de Londres, se puso un audiolibro, se
metió en la cama e ingirió una cápsula de cianuro en una habitación rodeada de
tulipanes blancos”. Eso es poner fin según propio contrato con la vida.
Habla de la guerra de Vietnam. Grahan Greene.
“Ho Chi Minh con brutal sencillez cuando le preguntaron por qué estaba
convencido de que derrotaría a los estadounidenses: por cada diez de los
nuestros que matéis, nosotros mataremos a uno de los vuestros. Y al final
vosotros os cansaréis antes”.
Leguineche, mi querido Leguineche y las
Filipinas. “Me advirtieron que la principal causa de mortalidad era el impacto
de cocos y que me cuidara de dormir la siesta a la sombra de una palmera”. “Podía
imaginarme los titulares: Intrépido reportero muere en Boracay golpeado por un
coco”. Eleanos Coppola también menciona este “peligro” en su diario del rodaje
de Apocalipsis Now.
A esperar el siguiente. Grande David Jiménez.