Segundo de los tomazos de este autor
castellano. Mil ciento y pico de páginas. Los he leído durante la primera
quincena de septiembre, en pleno apogeo del caso Rubiales.
El periodista, crítico y escritor es católico
y de moral firme, y se nota en su forma de tratar los asuntos. Por eso muchas
veces no estoy de acuerdo, como en una entrada del 2006 en que se hace eco de
la denuncia al Dr. Montes por las sedaciones, etc. Dice que “por el aspecto es
el de la muerte en la Granja por falta de rentabilidad, etc”. Y ahora quisiera
decirle, que aunque estén ambos muertos, que el Dr. Montes salió indemne de la
persecución que tan injustamente le sometió Esperanza Aguirre y sus esbirros. La
muy h.d.l.g.p. Y que hay una calle en Móstoles que lleva su nombre. Aunque,
quién sabe, quizá más adelante se desdiga. Yo tampoco la perdonaré nunca por
aquella infamia.
Nos está quedando un régimen soviético de lo
más apañao.
“La agricultura es, ahora, industria
alimentaria motorizada; lo mismo, en esencia, que la fabricación de cadáveres
en las cámaras de gas y en los campos de exterminio, lo mismo que los bloqueos
y la rendición por hambre de países enteros, lo mismo que la fabricación de
bombas de hidrógeno”. Estas cosas las escribió Heidegger, gran y famoso
pensador. Al que habría que gritarle al oído el mantra que está ahora en todas
las redes sociales: “No has entendido nada”.
Estos diarios están elaborados con posterioridad,
al modo de los de Trapiello o de Jünger. Le agradecía a JA Montano que fuera él
quien me descubriera los diarios de Jünger, cosa que festejó mucho y que me han
llevado hasta aquí.
De
los males que vivimos hablan mucho los puebleros,
Que
hacen como los teros para esconder sus niditos,
Que
en un lao pegan los gritos y en el otro guardan los huevos.
“Comencé a leer un artículo del periódico que
dice que ahora nadie lee a Azorín y que tampoco se leía antes. Y ya no paso más
adelante, porque es también obvio que tampoco se lee a Petrarca ni a Cervantes
o a Don Juan Valera. ¿Y qué? Los que no los han leído eso se pierden, aunque,
como no saben lo que se pierden, se están tan contentos”.
Ayer estuvimos en la manifestación del PP en
defensa de la Constitución y en contra de la amnistía, como el Pedro Sánchez de
julio. Gente de cuarenta, cincuenta, sesenta años. Olor a perfumes de marca. Banderas
de España. Corrección. Lo más violento que se escuchó fue un “Viva Sánchez,
pero que viva muy lejos”. También, en una bocacalle el himno de la Legión, que
no sé bien a qué venía a cuento. Cuando aún nos quedaban más de cien metros
para llegar al meollo nos asustamos: no podíamos movernos hacia ningún lado. El
sol pegaba fuerte y un dron y un helicóptero sobrevolaban el gentío. Poco a
poco nos fuimos yendo hacia el Retiro donde había un concierto de jazz.
Hace mini tratados sobre multitud de
cuestiones, por ejemplo sobre las estancias, recordando su importancia hablando
de Virginia Woolf, Teresa de Jesús, etc. O sobre el hecho de escribir: “Escribir
es tomar las palabras una por una y lavarlas del uso abusivo que se ha hecho de
ellas… Es preciso, entonces, refrescar la lengua para que aumente su inocencia…”.
Cosas curiosas de la historia: “Miró firmó el
triste manifiesto surrealista en el que se pedía –durante la guerra civil
española- la destrucción de iglesias e imágenes, etc”.
“Mucho antes de esos dos totalitarismos
Nietzsche pensaba que la democracia embrutecería a los pueblos y tendría que liquidar
religión e inteligencia”. También recuerda que Rousseau promulgaba la pena de
muerte a quien no aceptara la religión de la República.
“Ustedes buscan amo. No se preocupen, lo
tendrán”, les dijo Jacques Lacan a los jovencitos de mayo del 68.
Incide mucho en el papel y el génesis creativo
de los escritores. Por Somserset Maugham dice sobre un posible relato: “Jaime y
su mujer. Dos personas voluminosas que no hacen más que leer novelas. Llevan
una vida perfectamente monótona, pero, en espíritu, una vida romántica. Toda su
experiencia se basa en lo ficticio. Tuvieron un niño y se les murió. Jamie
esperaba que su mujer no querría tener ninguno más. Aquello perturbaba el orden
de sus vidas. Después del entierro los dos se sentaron con un suspiro de alivio
delante de paquetes de novelas que acababan de llegar de la librería”.
Bueno, pocos subrayados más a pesar del centón.
Gran calidad literaria, muchas cosas curiosas, mini ensayos, pero sin apasionamientos.
Quizá un poco más de escepticismo hubiera estado mejor. Pero si algún día veo
en una librería de viejo alguna de sus novelas, la compraré.