lunes, 13 de enero de 2014

DEMASIADA FELICIDAD. ALICE MUNRO.


    Varios comentarios elogiosos hacia este libro de cuentos ha hecho que le vuelva a dar una nueva oportunidad a esta premio nobel canadiense.
  En el fondo he creído ver un paralelismo en las relaciones que tienen entre sí los personajes de esta escritora y los de las novelas de Paul Auster. Con una diferencia: en éste hay encuentros llenos de casualidades y sorpresas. Los personajes se encuentran y se mezclan; permanecen. En los de Munro muchas veces el narrador va de la mano de un personaje, se cruza con otro y deja abandonado al anterior, como si fuera una pulga saltando de un perro a otro.  Esa sensación me dio al leer el anterior libro de cuentos, Las Lunas de Júpiter. Sin embargo en éste me ha parecido que pasaba menos. Hay historias de vida que podrían pasar en tu vecindario, cosas que podría contarte al oído cualquier vecina hábil y bien informada. Una madre tiene tres hijos que son asesinados. El accidente de un chico, el hijo de un matrimonio joven que cae en un agujero en el bosque, una mujer que va con un libro de una escritora para que se lo firme en un comercio. Vacíos de vidas corrientes, crueldades en personas muy jóvenes. 
  El cuento que da título al libro es para mí el más conseguido. “Demasiada felicidad” son las palabras que pronuncia Sofía Kovalevski en la agonía. Ésta fue una famosa matemática y novelista rusa profesora en Estocolmo y su cuento es un homenaje a su figura, a las dificultades que tuvo que superar para llegar hasta donde llegó. Y su temprana muerte a los cuarenta y un años.
  Me ha gustado. He leído dos libros suyos. Es una buena escritora pero no ha conectado con mi manera de entender la literatura. Quizá por los temas, no sé.  

No hay comentarios: