lunes, 9 de abril de 2012

HHhH

H H h H

Animado por un artículo entusiasta de Mario Vargas Llosa del año pasado me compré hace poco HHhH. Decía el premio nobel que jamás en lo que le quedara de vida olvidaría esta novela. Me pareció una exageración propia del que ya tiene muchos años vividos y pocos por vivir, pero casi siempre he acertado con las recomendaciones del escritor peruano.

A mí quizá me queden más años que al autor de La guerra del fin del mundo pero estoy seguro que tampoco la olvidaré. Me ha gustado porque está hecha a la manera de los libros modernos: no es una novela propiamente dicha, ni un libro de historia, ni de intriga ni de espías ni un libro de la crónica de un asesinato pero es todas estas cosas a la vez. Tiene la libertad para que el autor se queje de que su novia no le ha invitado a la boda de una amiga. O para contar anécdotas que poco tienen que ver con la historia central pero que cuenta por el gusto de contarla. Para contar también intimidades acerca de cómo ha conseguido éste o aquél dato. A la vez es un relato pormenorizado de la que fue una de las acciones más espectaculares de la II Guerra Mundial: el planeamiento, desarrollo, ejecución y las consecuencias del atentado que costó la vida a Reinhard Heydrich, protegido y de carrera meteórica de Hitler, perpetrado por unos pocos paracaidistas checos enviados desde Londres por el gobierno exiliado.

Qué pena que me haya durado solo cuatro días su lectura.

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