sábado, 11 de abril de 2009

Semana






He podido viajar unos días a la costa. A pocos kilómetros hay pueblos donde se suceden las procesiones de Semana Santa pero este año no he querido acercarme. Antes iba por ver con interés el fervor y la fe reflejados en el rostro de las personas pero ya me aburre. Alguien me comenta en la playa que quizá entre en crisis todo esto pero yo lo dudo porque es un reclamo turístico al que nadie va a renunciar. Creo que todo se ha convertido en una cosa que sobrepasa a su significado. La liturgia ciega su verdadera esencia. Capirotes, empalaos, crucificados, azotados, picados, sangre, penitencia, lágrimas, seriedad, saetas, silencio, quejidos. Todo un espectáculo del que Jesús se avergonzaría diciendo: “No, esto no, no era esto”.
Suele suceder que en estas compungidas fechas llueva y haga frío. Este año ha sido así en muchas partes. En el telediario se repiten los mismos rostros pesarosos porque el Paso tan esperado no ha podido salir ¿No rezaron quizá lo suficiente? ¿Rezaron más los agricultores? Que me perdonen pero yo me muero de risa ¿llorar por eso?

Aprovecho los días de descanso para pasear, leer, dormir, hacer fotos. Por las tardes, cuando se va yendo el sol y va quedando solo el rumor de las olas me quedo solo sentado en la hamaca leyendo hasta que apenas distingo las letras del libro.
La última tarde me sucede algo cómico. Estoy haciendo unas fotos a la costa sin levantarme de la tumbona. Quiero hacer una panorámica y voy girando el torso hacia mi izquierda; tanto que de pronto siento que quedo en equilibrio apoyado sólo en la parte izquierda. Estoy así un segundo o dos. Al final caigo para atrás y doy la vuelta completa arañándome los muslos con los brazos de la tumbona. Me levanto irritado y veo que detrás hay dos señores mayores que se ríen pero desvío la mirada de ellos y me río dándome la vuelta ¿Será un castigo?
Otra Semana Santa que pasa. Otra semana.

2 comentarios:

Madison dijo...

Qué tal estás? Entro para saludar y decir que encontrarte aquí, en tu blog es una muy agradable sopresa.
Un abrazo.
Madison

Hermi dijo...

Muchas gracias, Madison. Pues sí, fíjate, yo, con un blog con lo antiblogero que era.

Un abrazo.