miércoles, 22 de abril de 2009

J.K. HUYSMANS. ALLÁ LEJOS



Decía J. K. Huysmans que pocas conversaciones hay más animadas que las que se entablan en torno a la religión. Todos exponen, generalmente de forma fogosa, puntos de vista sobre cosas que nadie ha visto, ni verá. También decía, aunque ahí no estoy tan de acuerdo, que la vida de los santos son interesantes ¿no son acaso fábulas, literatura?
Dice estas cosas y muchas más en su estupenda novela “Allá lejos” que leí hace ya tiempo y que releo estos días. En ella hay dos personajes encantadores que conversan sobre una novela que va a escribir uno de ellos: Durtal. El otro se llama Des Hermies. Los dos rechazan el tiempo que les ha tocado vivir y desprecian el naturalismo nada más comenzar a presentarnos de qué va la cosa. Por eso se definió esta novela de estilo decadente. Pero a mí personalmente lo que me gusta más de esta novela es la novela que está escribiendo el personaje Durtal. Trata sobre Gilles de Rais, el que fue lugarteniente de Juana de Arco. Pero no hace un libro basado en documentos. No cree, como yo, en la fiabilidad de la historia, y echa pestes, por ejemplo, sobre el historiador Michelet: ¿cómo vamos a creernos acontecimientos de hace siglos si no nos ponemos de acuerdo en cosas que sucedieron ayer? Así que el autor-personaje, elabora una mixtura entre lo que se sabe y lo que intuye, recreando la historia de Gilles con materiales hechos de actas y ficciones.
Las conversaciones entre Durtal y Des Hermies tienen lugar generalmente en una abarrotada y confortable biblioteca pero otras veces pasean por las calles de París o visitan iglesias como la famosa Saint-Sulpice. En ésta por ejemplo, donde vivía un matrimonio en las estancias superiores de una de las torres, Durtal no puede evitar echar un vistazo a los libros aun habiéndole advertido el Sr. Hartaix, quien a la postre vivía allí con su mujer, que trataban casi exclusivamente de campanas. Allí comían diferentes platos cocinados por ella y queso con excelente vino.
Gilles de Rais es un caso asombroso entre la enormidad de biografías. Pasó de ser un joven de buena familia, bien parecido, erudito, mariscal, inmensamente rico, amante de la belleza y los objetos raros, a ser un demonio enloquecido asesino y violador de niños. Parece ser que estuvo alrededor del proceso a Juana de Arco y su posterior suplicio en la hoguera. Así que dejó a su mujer con quien lo habían casado a los dieciséis años y se enclaustró en su castillo “Tiffauges”. Allí, valiéndose de su inmensa fortuna y del sumiso servicio doméstico, comenzó a raptar niños desde las comarcas de los alrededores. Parece ser que asistía a misas negras y hacía rociar las hostias en polvo de carne chamuscada mezclada con sangre. Por cierto, se cree que escribió algunas páginas con sangre de niño. Qué locura la de algunos hombres.
Si el mundo había sido capaz de castigar a una mujer en loor de santidad, él castigaría al mundo.
Un libro decadente, que no está ni estará de moda, que será difícil de encontrar, pero deliciosamente atractivo de leer.

2 comentarios:

Jenofonte Perez dijo...

Hace poco que leí este libro. Me gustó mucho, no creo que heche pestes sobre Michelet, lo toma en cuenta y habla de él como habla de Zola. A mi parecer. Ahora estoy con la "Historia del satanismo y la brujaría". Curioso lo que le pasó a Huysmans después de escribir este libro ¿no?

saluditos

Hermi dijo...

¡ahora lo veo tu comentario! Gracias Puruvansa. Le ecahré un vistazo a la biografía de Huysmans y veré qué le pasó.
Bueno parece que se apartó del naturalismo y luego abrazó el catolicismo más ferviente para acabar sus día como sirviente de unos monjes hasta que murió de un cáncer de garganta.
Saludos.