miércoles, 25 de septiembre de 2019

TONI JUDT. POSTGUERRA



  En el Rastro, de nuevo. En una mesa abarrotada de libros, casi siempre sin ningún valor, aparece este volumen de más de mil cien páginas. Cuando pregunto el precio no lo creo: 2 euros cuando hacía un par de años a lo sumo lo había visto en las librerías por más de treinta y cinco en las primeras ediciones.  Aún puede verse incluso en las grandes superficies un poco más barato, casi a treinta.
 Se aprenden muchas cosas pero le falta el alma de los historiadores que bajan de vez en cuando a ras de suelo. Se echan de menos los testimonios de la gente de a pie, soldados, políticos, víctimas. En eso es maestra Alexiévich, donde sus libros están hechos a base de amalgamar magistralmente los testimonios. O como Beevor que cuenta, dentro de las grandes historias, pequeños relatos protagonizados por pequeños personajes. Judt siempre está elevado en su tarima de profesor.
  Uno, leyendo durante semanas los grandes esfuerzos, los problemas y dinámicas que tuvieron que afrontar los gobiernos y los países desgastados europeos para construir lo que hoy llamamos Europa, se siente abrumado. Ha merecido la pena. Otros retos nos esperan en este continente. Acabo de terminar El Colgajo, el esperado libro de memorias en torno al atentado sufrido en la redacción de Charlie Hebdob, de Philippe Lançon. Europa se enfrenta a un desafío enorme que tendrá que afrontar más pronto que tarde. Como dice la última frase: “Puede que la Unión Europea sea una respuesta a la historia, pero nunca podrá sustituirla”.

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