miércoles, 30 de octubre de 2024

PACO CERDÀ. PRESENTES.

 

  A muchos escritores, imagino, les costará someterse a ese periplo de viajes y entrevistas que supone la promoción de su propia obra. Ho oído quejas: algunas entrevistas insulsas, donde el entrevistador apenas ha ojeado el libro, salas de conferencias semivacías, visitar radios locales donde apenas si pasa desapercibido. Sin embargo a mí una entrevista, creo que en algún video de algún medio que no recuerdo, hizo que me decidiera leer este suyo. En el Rastro, teniendo en mis manos su 14 de abril, me dijo el librero: “un libro estupendo sobre la República”. Lo dejé en su sitio: ya le tocará su turno, me dije. Pero, como digo, la entrevista era sobre este último: Presentes, y me convenció. ¿Por qué? Se había leído la obra completa de Jose Antonio, se había pateado parte del viaje, había visitado varios archivos, había entrevistado a gente, en definitiva, había hecho un artefacto de No Ficción. Ellos, los escritores suelen decir que su trabajo es solitario y que consiste en comunicarse con sus lectores mediante su obra, gran razón, pero si encima se expresan bien en público (Cerdà lo hace) pues tiene ya bastante ganado, en todos los sentidos del término.

  La “novela” relata el viaje que emprendieron un grupo de falangistas que, relevándose, fueron transportando el féretro del joven dirigente José Antonio Primo de Rivera desde Alicante, donde fue fusilado por las autoridades de la República, hasta el monasterio del Escorial. El día veinte de noviembre de 1939 empezaron y el día treinta llegaron. 467 kilómetros.

  Dice la contraportada, y lo compro, que Presentes es un viaje al corazón de nuestras tinieblas. Y aún más de acuerdo con Antonio G. Maldonado diciendo que “Cerdà es uno de nuestros mejores escritores. Iba a decir de no ficción, pero, ¿por qué limitarlo? Es un grandísimo escritor, sin más”.

  Habla de autores de los que jamás he escuchado nada. Leer es comprobar el pozo insondable de nuestro poco conocimiento de las cosas, y eso es precioso. Constantino del Esla, periodista, de escritura “serena, precisa, culta, ribeteada de épica”.

  He subrayado poco, absorbido en el devenir del viaje: “Sólo quería ver, oír y contar; nada de etiquetas políticas, nada de alquilar su pensamiento”. Ay! Si él viera por un agujero cómo están por acá y ahora los alquileres del periodismo.

  Un coleccionista de libros en el libro que dice que lo quiere todo: “Porque debe darse cuenta de que los libros que hoy son malos pueden seguir siendo útiles mañana. En el futuro, los estudiantes estarán interesados en saber que personas como los republicanos han existido”.

  Hace unos meses, ¿años? Leí el libro sobre Rusia de Anthony Beevor. Me quedé con una frase que solía pronunciar Stalin: “Todos los males que asolan al ser humano se resuelven con la muerte” o algo así. Leyendo este párrafo me lo ha recordado: “Es la lujuria necrófila de Gabriele D´Annunzio exaltando la muerte dentro de la muerte. La matanza como preludio irremediable del renacimiento. Heroico, trágico, belicoso: el triunfo de la muerte”.

  Bueno, nada más. Ahora sí, ahora le toca pronto el turno a su 14 de abril. Hay que seguir leyendo a Cerdà.

viernes, 25 de octubre de 2024

JAVIER GOMÁ. EJEMPLARIDAD PÚBLICA.


 

  Sigo a Gomá desde hace un tiempo. Sabía que era director de la Fundación March en la que tantas tardes he pasado un rato estupendo escuchando a conferenciantes tan maravillosos como Vargas Llosa, Muñoz Molina o Savater. También desde hace un tiempo le sigo en la red X. Me gusta porque nos hace preguntas que requieren de cierto enjuague de mollera. Un día le dije que quería leer algo suyo. Puse en el buscador de wallapop su nombre y cerca de casa una mujer lo vendía por ocho euros, Ejemplaridad Pública. Un Taurus nuevo sin estrenar hasta con la faja puesta, del año 2009. Gomá parece saberlo todo de filosofía. Gomá es más joven que yo. Y ahí se da cuenta uno que está lejos de aprovechar bien el tiempo y que cada vez somos menos jóvenes.

  El libro es denso, demasiado teórico para mí, un simple lector de lo que sea. No puedes ir deprisa y tienes que estar muy concentrado para captar algo. De todas formas, como decía el último de Roth, “¿Lee de vez en cuando alguno de estos libros?, le pregunté. Sí, dijo, no lo entiendo todo. Pero luego me digo: aunque no lo entiendas todo, leer no te hará en ningún caso más tonto”.

  “Casarse por segunda vez es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia”. Oscar Wilde.

  Sabiduría: “tiene experiencia de la vida quien desarrolla un genuino arte para administrar sus esperanzas mientras envejece manteniéndolas en su punto justo de estabilidad, sin ceder a la presunción ni a la desesperación, y ajustando sus expectativas a los límites dados”.

  “la misma civilización que ha sabido progresar moralmente ganando a la opresión una más amplia esfera de libertad, ha usado esa libertad ampliada, en una medida no despreciable, para la inmoralidad más perversa, haciendo descender al hombre a unas profundidades de abyección y envilecimiento imposible de predecir”.

  “hombre democrático en cuanto a hombre-masa, niño consentido saturado de derechos (pero ignorante de los sacrificios que ha costado su conquista).

  Y algo que tengo dentro de mí y que me ha agrado verlo escrito en alguien que piensa y que piensa bien: “Bajo toda vida contemporánea late una injusticia profunda e irritante: el falso supuesto de la igualdad real entre los hombres”. Ortega y Gasset. Podríamos decir que todos los hombres nacen iguales y es la última vez que lo son. El hombre democrático actual, liberado del cinturón erótico y de agresividad ha hecho cundir un “cansancio de vida”. Vamos hacia una rápida y acelerada vulgarización del mundo.

  “se dice que la sociedad se divide en gente que manda y gente que obedece; pero esta obediencia no podrá ser normal y permanente sino en la medida en que el obediente ha otorgado con íntimo homenaje al que manda el derecho a mandar”. Ortega y Gasset.

  El estado se ocupa “no de cómo hacernos felices sino de cómo hacernos dignos de serlo”. Gran verdad que se puede aplicar al tema candente de hoy: no dar un piso a cada persona, sino en procurar que cada persona sea digno de tener mediante su trabajo o su capacidad un piso.

  Grande Gomá.

 

martes, 22 de octubre de 2024

JOSEPH ROTH. CRÓNICAS BERLINESAS.


 

 Según mi base de datos es el quinto libro de Roth que leo. El primero y descomunal su Marcha Radetzky. Este librito de pequeño formato es de la editorial minúscula y se nota. Son artículos de cuando estuvo en Berlín de corresponsal. Un tipo inteligente y judío observando qué pasaba en Alemania en los tumultuosos años veinte. “Yo dibujo el rostro del tiempo”. “Eran refugiados. El peligro del Este. El miedo al progromo los une en una avalancha de miseria y mugre que, creciendo lentamente, va cruzando Alemania desde el Este”. “Proceden de Ucrania, Galitzia, Hungría. Cientos de miles fueron víctimas de los progromos en su propia tierra. Los supervivientes vinieron a Berlín. Desde aquí se dirigen al oeste, Holanda, a Amércia, y algunos hacia el sur, hacia Palestina”. Ahí se puede decir que empezó a crearse el problema actual, mucho antes del reconocimiento a tener un estado que se proclamó en el 48 por parte de las Naciones Unidas.

  “Austria y Rusia, habitada en su mayoría por los judíos que desde 1881 fueron huyendo de Rusia a causa de los progromos. Muchos de ellos se vieron obligados a quedarse en el Scheunenviertel berlinés porque no disponían de dinero o visado para viajar a Amércia desde Hamburgo”.

  “De tarde en tarde aparece algún refugiado inteligente y de espíritu emprendedor. Quiere irse a Nueva York y hacerse rico”.

  Frases sobre el hecho de leer. “¿Lee de vez en cuado alguno de estos libros?, le pregunté. Sí, dijo, no lo entiendo todo. Pero luego me digo: aunque no lo entiendas todo, leer no te hará en ningún caso más tonto”.  

  “Los políticos antisemitas culparon a todo aquel que buscara asilo de ser responsable de la carestía de alimentos y la falta de viviendas”. “Los comercios fueron arrasados, y las existencias destrozadas; a los judíos pobres les arrancaron las ropas porque creían que al descoserles las costuras encontrarían divisas escondidas”.

  Siento alegría al comprobar que de entre las decenas de mis libros pendientes observo un Acantilado: Primavera de Café. Siempre es bueno regresar al más grande de los Roth: Joeph.

  Este libro pertenecía a la casa de Moncloa donde se murió su última dueña. Me llevé un par de este autor.

 

 

domingo, 13 de octubre de 2024

PUEDO PROMETER Y PROMETO. MIS AÑOS CON SUÁREZ. FERNANDO ÓNEGA.


 

   Dice la contraportada y dice bien que la leyenda de Adolfo Suárez crece con el tiempo, quizá en contraposición a la imagen menguante de nuestros políticos actuales.

  Dicen los que no saben o no quieren saber que nuestra Transición, nuestra democracia viene directamente emanada del franquismo. Pero es que el franquismo que decía tenerlo todo atado y bien atado no hubiera permitido jamás ver sentada en el banquillo del parlamento a la Pasionaria o a Carrillo o a Alberti. Nunca hubiera permitido la entrada en España sin detenerlo a Tarradellas. Nunca hubiera permitido la existencia de partidos políticos.

  Fernando Ónega fue durante un tiempo algo parecido a un jefe de prensa de Suárez y por tanto tiene recuerdos que compartir. A mí me han parecido apasionantes.

  Y salva de nuevo a la figura del rey quien junto a él llevaron a este país desde lo que fue una de las más largas dictaduras a una democracia plena que nos puso en la vereda del ingreso en el mundo de las mejores democracias: “el auténtico motor de la legalización del PCE fue el rey, y Suárez el gran ejecutor”.

  Tuvo que lidiar con la furia de un terrorismo que lejos de aflojar una vez alcanzada la libertad, apretó las clavijas de todos los estamentos del estado. “cuando se redactaba el Estatuto de Gernika, Suárez creyó, o se lo hizo creer Arzalluz, que la Educación era el precio que el Estado tenía que pagar para la desaparición del terrorismo. La historia demostró después que, si eso era cierto, hacían falta muchos más ingredientes y, desde luego, muchas más víctimas”.

  “En solo unos meses Solé Turá, comunista, había pasado de la posibilidad de ser detenido a formar parte de los redactores de la Constitución”.

  “En su fachada (Moncloa) una placa recordaba que el edificio había sido reconstruido por el Generalísimo Franco. Felipe la conservaba para presumir de respeto a la historia”. “Aprecio los testimonios históricos”, añadió.

  Le da un tirón de orejas con el que no estoy de acuerdo. El libro salió en 2013 y muchas cosas pasaron desde entonces. Se refiere a los nacionalismos: “Su peor herencia quizá haya sido que impidió un tratamiento diferenciado para Cataluña, el País Vasco y Galicia, las nacionalidades históricas, y de ahí procedió parte del descontento de esas comunidades y, singularmente, del crecimiento del independentismo catalán”. Negativo. Si hay un sentimiento de independencia España debe lidiar con él. Una de palo y otra de zanahoria. Acostumbrarse. No dar mucho de golpe: ellos nunca se sentirán satisfechos, como esos glotones que explotan si los dejas comer todo lo que quieren.

  Sobre el 23 F uno de los párrafos que mejor pueden explicarlo: “Los jefes militares le estaban diciendo que la situación de España era muy mala, y el rey no podía negarlo. Utilizaban como argumento la poca eficacia de la lucha contra el terrorismo, y el rey coincidía. Los nacionalismos podrían constituir una amenaza contra la unidad de España, y ¿y cómo no estar de acuerdo? Le argumentaban que se debía producir un cambio, y el rey también lo pensaba. El cambio era un golpe de timón, y al rey no le sonaba mal, porque era una expresión habitual. Y llegó un momento en que interpretaron que el rey daba el visto bueno para la intervención”.