Este verano será el verano Carlos Morla Lynch. He comenzado sus diarios de España que tanto ha ensalzado mi admirado Andrés Trapiello. Fue un diplomático que fue destinado desde París a Madrid en el año 27. Él no quería y dejó en un principio a su mujer e hijos. Enseguida conocería a la más selecta colección de personalidades de entonces, destacando García Lorca. Por su forma de contar su relación con él diríase que cuando él estaba presente no cabía la tristeza ni la malasombra. Cantaba, reía, contaba, comía… en el primer encuentro se quedó a comer, a cenar y se fue a las tres de la mañana disculpándose por irse tan temprano. Carlos dijo que sintieron un gran vacío y que enseguida le echaron de menos.
Sobre el advenimiento de la República. Y enseguida, en el año 32, los primeros hechos graves: consecuencias de la quema de iglesias y conventos, asesinatos, requisa de tierras y vienes. Las turbulencias de la revolución del 34, que siempre he pensado que fue realmente el comienzo de la Guerra Civil.
Se comparan dos maneras de entender un hecho público: “Una bicicleta que lleva un señor encima se ha estrellado contra un camión”. Y sigue diciendo que en Francia ante un evento de estas características cada cual sigue su camino para no meterse en líos. “En España todo el mundo participa del accidente, y cada cual opina, gesticula, perora y se cree en la obligación de hacerlo. Y se forman dos partidos; uno a favor de la bicicleta y el otro a favor del camión. Al poco rato el tumulto provocado por estos dos grupos asume proporciones mucho mayores que el mismo choque… del que nadie se acuerda”.
Me está encantando. Dos tomos de casi mil páginas cada uno. 1927-1937, 1937-1939, casi ná.
Las cosas que pasan en cualquier circunstancia y lugar: Cuenta sobre Sánchez Mejías que en la plaza “el cuerno del toro le ha penetrado por el muslo hasta el abdomen”. Cómo olvidar la cogida a Paquirri!! Y sigue contando un hecho sorprendente: plaza de toros de la Coruña “el estoque de Belmonte, después de haber pinchado al bicho en parte dura, saltó al tendido y penetró en el pecho de un joven espectador, que murió en la enfermería de la plaza”.
Cuando se entera del fusilamiento de su amigo Garcís Lorca se vuelve loco. Sale a correr, a gritar, no es posible! No es posible!
“No me parece que una consulta electoral de esta índole pueda determinar un cambio de régimen en España”. Otro.
“Grave situación en España promovida por la cuestión catalana y la ley de cultivo que desea aplicar su parlamento. Hay una controversia seria de la Generalitat con el Gobierno central. Yo no veo sino una Guerra Civil”.
Pues encantado de haberlo conocido después de habérmelo presentado Trapiello. Si a él le gustaron a mí han de gustarme porque no veo a nadie más capacitado para escribir diarios. Voy a leer un par de libros (como esos sorbitos que se dan en los buenos restaurantes entre plato y plato) y luego seguiré con el segundo volumen: 1937-1939.
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