sábado, 31 de agosto de 2024

MIGUEL VILLALONGA. AUTOBIOGRAFÍA


 

  De entre los cientos ¡miles! de libros que recorrí con los ojos y con los dedos en aquella casa de Madrid cuyos dueños acababan de morir, me llamaron la atención dos de esta editorial fundada por mi admirado y querido Trapiello y su amigo Zapatero (nada que ver con el ínclito). Trieste. Año 1983. Estado: perfecto quitando un cierto olor a tabaco rancio. Tamaño pequeño, de los que se quedan cojos y hay que buscarles sitios especiales en las estanterías. Éste, ya lo digo, ocupará un lugar especial en la librería del salón donde están los más nobles o pintones, concretamente encima de los gruesos pero bajitos diarios de Jiménez Lozano.

  Lo primero es que es un libro muy ameno de leer. Divertido, con un estilo algo alambicado pero del que enseguida se familiariza uno. Tiene calidad. En mitad de la lectura fui a consultar qué había dicho de él Trapiello en su “Las armas y las letras”. “Novelista. Dedicó parte de su retiro tras la guerra, de la que vino gravemente enfermo, a redactar unas memorias llenas de ternura, inteligencia y humor. Otro de los escritores a los que periódicamente se ensalza y celebra, y al que nadie lee”. Pues aquí uno presente, aunque no será porque se le encuentre en las librerías, ni siquiera en las de segunda mano.

 En esta autobiografía habla, cómo no, de la infancia “la infancia es cruel y en ella anidan los gérmenes de todas las maldades”, de sus padres y demás familiares, de su hermano sobre todo, Lorenzo Villalonga, también novelista, de la época que le tocó vivir, una época difícil como fue la República y la Guerra Civil. Está escrita en el 47. Murió en el 46. Apenas quiso anotar nada sobre la gran tragedia colectiva que fue la Guerra entre hermanos.  

  Tiene una errata muy divertida en la página 65, donde dice “mi negra guarra de uñas comidas”, debería decir “mi negra garra de uñas comidas”.

  Estuvo en diferentes periodos en la guerra de Marruecos. Y repetía sin cesar que “iba a la guerra en busca de paz”. Cómo estaría la cosa. “Vista de cerca, la guerra es un perpetuo oscilar de lo sublime a lo ridículo, y si no fuera por el marco de los expedientes administrativos el aguerrido columpio llegaría a parecer divertido”.

  “Para destacar las figuras no hay nada mejor que empequeñecer los escenarios”.

  Se cachondea un poco de su lengua vernácula como cuando dice: “Juan escribe una carta a Pedro” y sigue, “no experimentamos ninguna emoción especial, pero para un regionalista, “Joan escriu una lletra a Pere” estaba lleno de sabias complacencias gramaticales”.

  “Se vivía tan bien en España bajo la Restauración, que es muy natural que nos quejáramos de todo”.

  Una pullita a quien yo me sé: “Lo menos duro que se puede decirse del militar escritor es que, tanto en paz como en guerra, no resulta ni militar ni escritor”.

  “¡Protesto de las guerras!, me decía, airado, uno de aquellos señores. “También Voltaire protestó del terremoto de Lisboa”, le repliqué modestamente, ¿Y qué? Que, después, ocurrió el de San Francisco”.

  Pullita a Ortega: “Era lógico esperar que el derrocador de la Monarquía fuera el orientador de la República: no fue más que una voz predicando en el desierto de la incomprensión republicana”. “No era eso”.

  Me ha encantado este libro, y no tardaré en utilizar alguna de estas pullitas en el sitio correspondiente.

jueves, 29 de agosto de 2024

JOSEP PLA. BIOGRAFÍA DEL SOLITARIO. CRISTINA BADOSA.


 

  Ya empiezan a caer los libros que me dejó llevar la sobrina de la tía fallecida de un piso de Madrid. El criterio fue sencillo: libros que por el tema o por el autor me interesaran. Así considero a Pla uno de mis escritores preferidos. Sus frases sentenciosas, su racanismo estilístico aunque sí efectivo me deslumbraron desde que leí allá por el 94 ¡treinta años ya! su Cuaderno Gris.

  Esta es una edición en tapa dura de Alfaguara del año 97, tan nuevo que parece recién salido de la imprenta. Hasta dudo que haya sido leído. Muchos de los que atestaban las baldas de aquella casa vetusta aún conservaban el forro de plástico. Como les pasa a tantos, más se compra que logra leerse. Ahora mismo atesoro seguramente lectura para tres años y aun así sigo comprando.  

  Advierte en la contraportada que esta es una biografía personal “busca a la persona”. Badosa ha dedicado gran parte de sus estudios a escudriñar en la vida y obra del ampurdanés. Y se nota. Sólo los profesores con pasión pueden enseñar con pasión. Y ella lo ha sido, profesora. Seguro que ha dejado huella en sus alumnos.

  Como todos los mortales Pla fue alternando su visión del mundo y de la política. Así logramos hacer compatible haber trabajado para los sublevados y hacerlo después para los aliados. En su juventud: Pla firmó el manifiesto de la convocatoria de la Conferencia Nacional Catalana. La finalidad del movimiento era, básicamente, la recuperación por parte de los catalanes del derecho a regirse libremente”. Luego se le fue pasando.

  Un pincelazo de su carácter podría ser este: “Este carácter estaba compuesto por una serie de cualidades de la rama Casadevall (su madre) que combinaban la actividad frenética, la simpatía y el humor con periodos depresivos cuando su extremada lucidez les hacía sentir el dolor de la vida. Entonces tendían a replegarse, a ver tan sólo el lado negro de las cosas. Enfermaban por una mezcla de hipocondría, desgana y tendencia real a la artrosis”.

  Ahora Pla nos parece un intelectual de la alta cultura catalana y española. No siempre fue así: “Cuando Halfdan Enberg supo las intenciones de su hija de casarse con Josep Pla le escribió una carta diciendo que no quería que se casara con un limpiabotas”. Al final todo se malogró por unos motivos o por otros. Está claro que Pla no había nacido para llevar vida de casados: “lo que se llama amor no es más que una idealización poco afortunada de una de las obligaciones más implacables y oscuras de la especie humana”.

  Frase del libro atribuida a Carles Sentís: “le recordó que los rojos mataban gente, confiscaban casas y negocios, y que su padre y la casa donde ella había nacido podían ser víctimas de los republicanos si ganaban la guerra”. Para que luego digan que no había gente que pensaba lo que hoy día piensa la mayoría de la gente que tiene dos dedos de frente.

“Pla quería dejar claro el exceso de verbalismo de los republicanos y su incapacidad para resolver los problemas básicos de la política y del orden público. Esta incompetencia de la izquierda para el gobierno le hacía valorar muy positivamente el Alzamiento y darle la consideración de legal”. Como vemos la historia está hecha de complejidades infinitas. Ah! Ahora sería tachado también de machista y antifeminista. En cualquier caso es uno de mis escritores preferidos.

  “Pla había comentado en un artículo que el escritor tenía que estar dispuesto a perder la existencia por escribir”. Desde luego que él la perdió. Acabó como un viejo solitario. Como casi todos los de su generación visitó burdeles casi toda su vida.

  Escribió una obra completa llena de volúmenes. Artículos, reportajes, y aún tuvo tiempo a los sesenta y nueve años a decir: “¡Cómo ha pasado la vida! ¿Qué he hecho? No he hecho nada. Inanidad completa”. Qué tendríamos que decir la mayoría, la humanidad al completo!

  Me siento a veces muy identificado con Pla. Hasta quizá en lo huraño. Aún recuerdo mi parálisis ante la disyuntiva de tener que visitar a una compañera al hospital moribunda de cáncer. Lo llevaré clavado toda la vida. Él debió sentir algo parecido: “Los enfermos me dejan frigorificado”.

  Miro a mi izquierda y siento una gran felicidad. Veo que tengo dos libros de él pendientes: Lo infinitamente pequeño, tomito para leer en un par de días, y La república española, un tochón de 1800 páginas que puede durar un trimestre. Veremos. Siempre hay que volver a Pla.

lunes, 26 de agosto de 2024

MALLORCA, ABIERTO TODO EL AÑO. XAVIER MORET.

   Me gusta este escritor de viajes y periodista desde que lo descubrí en un libro sobre Australia en un puesto de baratijas del Rastro (seguramente tenía fresco el maravilloso de Bryson) y me encantó. Más aún cuando compré en el mismo sitio o en otro similar el de América donde fue acompañado de sus hijas adolescentes. Allí ya me ganó para siempre. Y aquí, en el de Mallorca, se han juntado las dos cosas: amo Mallorca y ahora también a Xavier, lectoramente hablando.

  Voy a menudo pero aún no puedo considerarme un experto viajero de la isla. He visitado el interior, Palma, y mucho del resto pero sobre todo paramos siempre en Sóller por tener allí familia. Con este libro pretendía cubrir esas lagunas y vaya si lo ha conseguido. Es como una guía muy particular pero tremendamente efectiva. He apuntado pueblos, parajes y lugares y de seguro que los visitaré. También los restaurantes que visita si es que aún existen.

  El mercado de Sineu los miércoles, el pueblo, la casa palacio de Can Vivot en Palma, la casa de Robert Graves con su cala que tantas veces hemos visitado, la historia de sus hijos y de sus libros, “la costa que va de Valldemosa a Deià siempre me ha parecido una de las más bellas del Mediterráneo”. Libros de referencia como Memorias en las prisiones de la Guerra Civil en Mallorca, de Kraschutzki, una semblanza de uno de los personajes más queridos de la historia; el archiduque Luis Salvador de Austria. Ya lo conocía de las estupendas conferencias que dio Carmen Riera en la Fundación Juan March, por cierto otro personaje ilustre: “es el hombre más amable y de gran corazón que se pueda imaginar y la gente aquí parece tratarlo como si fuera un rey. Habla con fluidez aparente todas las lenguas del mundo civilizado, ha viajado por todas partes del mundo y conoce información de prácticamente todos los temas”. Historias del Hotel Formentor y su actividad cultural, CJC, comidas y productos de Mallorca como las almendras, los naranjos o las ensaimadas pasando por las sobrasadas, las mejores del mundo.

  Me he enterado que la serie del inspector Motalbano viene de la admiración que Camilleri profesaba a Vázquez Montalbán. Ambros tenían predilección por la caponata: berenjenas, tomate, apio, aceitunas y alcaparras. Leyendo este libro he asistido a los aromas de cantidad de recetas y he pasado hambre.

  Ya he visto en alguna librería un libro suyo sobre Menorca. Caerá pero no habría estado nada mal haberlos juntado a la manera de Pla en su famosa guía sobre las islas Baleares.

miércoles, 21 de agosto de 2024

FERNANDO SAVATER. LOS DIEZ MANDAMIENTOS EN EL SIGLO XXI.


  Este libro lo vi justo antes de abandonar una de mis librerías favoritas: La Solidaria de Argüelles. En el apartado de filosofía. Si veo algo de Savater que no tengo, cosa cada vez más difícil, lo compro. Normalmente no compro lo del vasco nada más salir porque lo considero caro. Me encanta pero pagar el librito Carne Gobernada por 21 euros me parece excesivo. Ya lo he visto por menos de la mitad en wallapop por menos de la mitad.

  Este libro surgió de unas charlas sobre los mandamientos de Moisés, que no fueron diez que fueron más pero como tuvo un accidente mientras bajaba de la montaña pues lo dejó así, como quedó. Y disecciona a su manera, es decir a su manera divertida, cada uno de los diez que quedaron. Siempre me saca una sonrisa porque comprobar que aún quedan intelectuales con sentido común produce a veces hasta carcajadas.

  Cuenta anécdotas de cosas que ya leí pero que se me pasaron inadvertidas como esta de Jorgito Borrow de cuando vino acá a vender Biblias: “Amigo, yo soy protestante, vengo aquí con la Biblia y quiero explicarle lo que pensamos”, pero el campesino lo interrumpió explicándole: “Mire usted, no se moleste, porque si yo no creo en la religión católica que es la verdadera, cómo voy a creer en la protestante que es falsa”.

  Una recomendación que hace en el capítulo sobre el no levantar falsos testimonios tan de moda: este libro tiene 20 años. Para crearse una opinión propia:

  “comprar varios periódicos y revistas, ver distintas cadenas de televisión y escuchar varias radios. Es decir, buscar uno mismo la información en diversas fuentes, contrastarla y crearse su propia visión. Pero, por supuesto, esto no está al alcance de todo el mundo por razones económicas o de tiempo”. Por suerte o por desgracia se puede estar informado por multitud de fuentes y tiempo, el mayor tesoro, lo tengo.

  “Lo que me preocupa no es que hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya no podré creer en ti”. Nietzsche.

  “Se iba a crear en Estados Unidos algo así como una oficina de mentiras para esparcir rumores intencionados que beneficiaran, por ejemplo, a la lucha contra el terrorismo. Al día siguiente salió un desmentido oficial sobre creación de semejante agencia. Entonces muchos pensamos que ésa había sido la primera tarea de la central de creación de mentiras: decir que no existía”.

  “En 1984, la novela de Orwell, hay un Ministerio de la Mentira, dedicado a cambiar la historia de forma permanente y transformar la realidad, una copia de lo que ha ocurrido en los últimos cien años”.

  Ni que decir tiene que éste es el capítulo, el de los falsos testimonios, que más me ha interesado.

  “No hagas a los demás lo que te guste que te hagan a ti, ellos pueden tener gustos diferentes”. George Bernard Shaw.

  Editado por Círculo tapa dura: 4 euros en buen estado.

  Siempre, siempre hay que regresar a Savater.   

 


 

lunes, 19 de agosto de 2024

NICOLA LAGIOIA. LA FEROCIDAD.

  Aunque este libro es anterior a La Ciudad de los Vivos, los he leído al revés. Es decir, en el orden correcto. Si los hubiera leído en el temporal quizá me hubiera perdido la obra maestra de la Ciudad de los Vivos y el terrible crimen que perpetraron dos jóvenes de familias adineradas en Roma. Éste también se puede considerar una buena novela, basada en hechos reales: la disección de una familia en Bari, la ciudad donde nació el autor. Padre y madre con tres hijos y otro, el pequeño, fruto de una relación extramatrimonial del él.

  Lo primero que se nota es que el autor sabe de esto de hacer novelas. Y lo sabe al modo clásico: se mete en cada mente, en cada rincón, en cada pliegue de los personajes. Cuenta cada detalle, cada registro, cada pormenor del padre constructor de éxito pero que las tiene que ver con las autoridades, como todo el mundo. Nunca como ahora es tan difícil construir, paradójicamente: uno se las tiene que ver con concejalías celosas de los miles de reglamentos, de oficinas de patrimonio, con jueces maleables, con contrincantes envidiosos, etc.

   Este libro ganó el premio Strega en el 2014. Hay una escena en la que el hijo mayor les reprocha a sus padres el que no hayan impuestos reglas al menor; Michele: “La libertad era una proclamación vacía, un animal muerto en cuyos intestinos engrosaba sus filas un ejército de larvas”. Así se las gasta Lagioia.

   Tengo un familiar cercano que se dedica a la rehabilitación de edificios. Tiene muchos trabajadores y más problemas. Algunas veces los lleva colgados de las ojeras o en la comisura de la boca. Así, el padre: “Hacía días que su padre se quejaba de un retraso en un pago importante. El rostro sombrío, la boca una macabra hendidura”.

  En la sobrecubierta se dice más de La ciudad de los vivos que de ésta, por algo será. No obstante, como he dicho, ésta se deja leer bien y me ha deparado momentos de gran placer de lectura en este verano caluroso.

  Volveremos a Lagioia.