lunes, 8 de septiembre de 2025

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE EUROPA. ANTONIO SCURATI.

 Tercer tomo de la apasionante historia de Mussolini y Europa. Para contarla, creo que ya lo he dicho para los otros dos tomos, el autor emplea diarios, periódicos, notas, partes de guerra, manifiestos.

  Comienza en 1938. España se desangra en una guerra entre hermanos que para el dictador italiano es una guerra anti bolchevique. Su ayuda a Franco para ganar la guerra, entiende él, es una de sus más brillantes victorias. Hitler asume que Europa debe quedar bajo su entera influencia. Hace táctica con Rusia para la no intervención sabiendo que tarde o temprano la atacará. Mussolini duda de implicarse poco o mucho. Amantes, ministros, hijos e hijas, amigos y enemigos, dignatarios extranjeros. Todos desfilan por turno en esta saga más que impresionante. Para cada uno una pequeña reseña llena de información. Goebbels: “Hijo de un empleado de fábrica, cojo por deformidad congénita conocida por pie equino, fue rechazado para el servicio militar obligatorio y, por tanto, se doctoró en Literatura con una tesis sobre el romanticismo alemán”.

  Ciano, ministro de exteriores de Mussolini y yerno de su hija mayor dice: “no debe temer Francia porque se trata de un pueblo arruinado por el alcohol, la sífilis y el periodismo”. Luego decimos que éste tiene mala fama sólo ahora.

  Un párrafo que me ha hecho gracia, por ese humor tan de Óscar Wilde en Marruecos. “Abajo en la plaza había empezado la carrera de asnos. Es el interludio cómico y el público lo disfruta entre risotadas obscenas escandalosas, Las bestias de carga no quieren saber nada de transformarse en corredores: se quedan clavados, dan coces, se alimentan de la hierba de la pista de carreras, y uno incluso se vuelve sobre sus pasos hacia el punto de salida”. Y un subrayado: El fascismo y los problemas de la raza, por supuesto inspirado en la de los alemanes: Manifiesto de los científicos racistas. Si se quiere se puede. Los expertos están dispuestos a lo que haga falta.

  Cuántas similitudes entre Hitler y Putin. “Hitler no solo no se detendrá, sino que querrá tomarse la revancha de Versalles (Hundimiento de la URSS) persona a persona, nación a nación”. Sudetes, Crimea. Cesiones, aplazamientos, a ver hasta cuándo.

  Un recuerdo para la frase más icónica o de las más icónicas de Churchill: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra. Elegísteis el deshonor y ahora tendréis la guerra”. Conferencia de Múnich. 1938.

  En política se miente. Se miente todo el rato. En los preliminares de una guerra se miente más. Entre Inglaterra e Italia hay contactos para saber a qué atenerse. No se fían. Parece que Italia no se va a involucrar pero cuando Chamberlain llega a Londres “ordena hacer planes para atacar los primeros para aniquilar la flota italiana, provocar una colosal derrota militar, barrer toda base de consenso con el régimen fascista. En eso consiste el plan inglés ratificado ahora por Neville Chamberlain”: first strake.

  Sacado por qué no de Tolstoi: “Cada familia, es bien sabido, tiene su propio, peculiar e infalible para la infelicidad”.

  Este domingo me fui al Rastro a, sobre todo, comprar el cuarto tomo. No lo voy a leer aún pero necesito tenerlo ya. Editado el año pasado narra los años fatídicos a partir del año 40. “La hora del destino”.

  Comienzo ahora un libro que es un clásico de la antropología y el viaje, los Tristes Trópicos de Levi Strauss. Lo tengo desde hace treinta años y me he dado cuenta que era demasiado joven para leerlo entonces. Ahora es diferente. Resulta que el autor del precioso prólogo, desconocido entonces, es nada menos que el tertuliano de Julia Otero durante años: como uno de la familia: Manuel Delgado, de la universidad de Barcelona. Cuando lo termine caerán dos o tres más. Luego, sin interrupción las más de setecientas páginas del último de Scurati.


 

sábado, 30 de agosto de 2025

TERESINA, LA HIJA DEL MINERO. MANUEL ESPINOSA.


 

   Otra novela de un conocido, en este caso del amigo sevillano Manuel Espinosa, Sap. Para hacerla posible el autor la ha estado pergeñando durante años. Cuando llevaba más o menos cien páginas me ha dado por pensar que tiene un estilo parecido al humorista británico, Tom Sharp. Humor británico pasado por el sevillano, casi ná.

  A las pocas páginas una duda existencial: calcula cuánto debe un humano hacer pis para llenar una piscina olímpica. Puede parecer baladí pero hay personas que se dedican a calcular esas cosas. ¿Lo ha calculado el autor? Se lo preguntaré.

 

Es una novela, diría yo, que galdosiana por algunos motivos: la elección de los nombres, las situaciones, la descripción de los personajes. ¿Qué me aporta a mí el devenir de estos personajes como sacados de una película neorrealista? Es lo que he pensado algunas veces pero, por lo que sea, he seguido leyendo. Uno que me resulta entrañable es el “plasta” de Julián: Como en toda comunidad de vecinos, como en todos los bares con solera, como en todos los grupos de wasap, siempre hay un plasta, pero en este caso un plasta filosófico.

 “¿Sabe, Juan? Yo estoy cansado de ser persona, ¿usted no? Cansado de la viscosidad de la vida”. Hay oficio. Siempre lo he pensado: al autor se le da bien cualquier cosa. Dibuja, pinta, escribe, cuenta historias y anécdotas como un monologuista… ¡ay si cogiera un instrumento!  

    

  Acabada la lectura de la Teresina resulta que salgo como personaje. Herminio, que tiene la dentadura postiza de quita y pon. Mal. Entonces ¿qué pasa con la fortuna que me he gastado en implantes? Por cierto que se me ha caído una corona comiendo una hamburguesa, menos mal que la noté revoloteando y la tengo guardada para cuando venga la doctora de vacaciones. Le diré que me ponga una buena arandela de esas que se aprietan solas. Y todavía peor, el Herminio se tira a la tatuada como si tal cosa, a la Lidia. No oiga, no. La verdad es que me ha recordado a aquella escena memorable de El Cielo protector de cuando el que hace de Paul Bowles está dentro de una tienda de campaña con una mujer árabe cuyas tetas grandes, morenas, maternales, lúbricas, no he podido olvidar. Claro, tenía veintiocho años.

  También sale Herminia como la autora de las leyendas de San Abundio. Vaya lo uno por lo otro.

   No puedo ocultar que algunas veces, si alguien me hubiera visto a través de un agujero mientras la leía, la novela, me hubiera visto poner las caras de Martes y trece de cuando soltaron aquel sketch de las empanadillas de Móstoles... ¿Existe el Borro? Se desfloraba “a mano” a la chiquilla por la madrina con el “olisbo tallado en madera de cerezo”.

  El Herminio también sale en versión cafre, valga la redundancia: “Ya sé que aquí no dejan fumar, pero a mí me sale de los huevos fumar y fumo”. Dijo. En la realidad he sido el mayor aplaudidor de cuando se aprobó la ley que prohibía fumar en sitios cerrados.

  Es el libro del que considero un amigo sevillano al que estimo y quizá tenga deformada la valoración de esta lectura. Me ha divertido y en ocasiones he soltado alguna carcajada, qué más se puede pedir.

domingo, 24 de agosto de 2025

LA MUERTE DE MI PADRE. VIGILAR Y CASTIGAR. MICHEL FOUCAULT.


 El calor, las vacaciones, la muerte de mi padre, después de 80 horas sedado en su casa, rodeado de su familia; las horas de reflexión sobre la vida y la muerte, no leer la prensa y no ver los telediarios, todo junto, ha hecho que me esté despolitizando. Sí, he pensado mucho en ello. Cuando llegué el viernes 8 bien temprano a su casa, mi padre se encontraba lleno de angustia. Como un adolescente echado en la cama que hubiera bebido sin control. No sabía decirme lo que le pasaba, sólo hacía muecas de queja y dolor sin que nadie supiese qué le dolía. Llamamos al médico de paliativos y después de tomarle las constantes, 80 de saturación en sangre, decidimos entre todos ponerle de manera subcutánea un cóctel de productos mórficos. El médico, amable, humano, simpático, competente, nos dijo que no creía que pudiera llegar al domingo, sin agua ni alimento alguno. “Es para ayudar en el tránsito, nunca una eutanasia”. Debo confesar que cuando tomamos mi madre y yo la decisión con ellos me entró un vértigo terrible. Íbamos a decidir que mi padre nunca más iba a despertar. Nada más ponerle la aguja su rostro cambió y se transformó en el de una persona profundamente dormida, placenteramente dormida. Pero su vida, su cuerpo, era ya inviable, invivible. El caso es que estuvo todo el viernes, el sábado, el domingo completo, para dejar de respirar el lunes a la una en punto de la madrugada. Consumido, deshidratado como una fruta al sol.

  Terminado Vigiliar y castigar, el libro que citaba el juez Marchena en su libro sobre la justicia. Confieso que las primeras páginas me asombraron. Se detallaban varios ejemplos de suplicios. Su autor es el intelectual francés que tanta influencia ha tenido: Michel Foucault. Curioso cómo va cambiando la forma de administrar la justicia en el mundo.

“Ser testigo es un derecho que el pueblo reivindica; un suplicio oculto es un suplicio de privilegio, y con frecuencia se sospecha que no se realiza con toda severidad. Se protesta cuando en el último momento la víctima es hurtada a las miradas”.

  Los procesos penales eran ocultos incluso para el reo que no sabía nada de los jueces, de los fiscales, ni siquiera de qué se le acusaba, pero la pena, cruel, era exhibida al pueblo para dar ejemplo. El castigo como advertencia.

  Si uno busca la palabra “panóptico” en un buscador le saldrá su significado y la referencia de Foucault. 

“Un panóptico es un tipo de arquitectura carcelaria diseñada para permitir que un vigilante observe a los reclusos desde una torre central sin que estos sepan cuándo están siendo observados”.

  “El detenido tendrá sin cesar ante los ojos la elevada silueta de la torre central desde donde es espiado. Inverificable; el detenido no debe saber jamás si en aquel momento se lo mira, pero debe estar seguro de que siempre puede ser mirado”. Es a lo que tienden los sistemas políticos más o menos modernos: el control total del ciudadano.


 

lunes, 18 de agosto de 2025

FUERA DE JUEGO. EMMANUEL CARRÈRE.

  

  Después de la “historia” pura, que es así como considero los libros de Scurati sobre Mussolini, he querido leer algo ligero, una novela. Se la compré a un argentino en una papelería de barrio. Vende todos los usados a 3 euros. Lo compré sólo por ser quien es el autor.

  Apenas tenía poco más de treinta años y con esa edad normalmente aún haces pruebas, experimentos. La novela es algo confusa. Y lo hace aposta como declara al final. Trata de una mujer que se ha separado y se da al juego. Tiene un niño pequeño al que descuida. Es profesora y esta quemada, algo perfectamente normal. Un día va al casino y prueba con la ruleta. Su perdición. Tiene una herencia a la que quiere poner finiquito lo antes posible. Ganando o perdiendo, le da igual.

  A mí me ha aburrido. Aún le faltaban muchos años para que llegara a ser el gran Carrère en el que se convertiría con El adversario.

  Ni para lectura de verano. Comienzo el libro que citó el juez Marchena en su libro. Vigilar y castigar de Michel Foucault. Una de cal, blandita, y otra de arena, dura.

miércoles, 13 de agosto de 2025

EL HOMBRE DE LA PROVIDENCIA. ANTONIO SCURATI.


 

 Años del 1925 al 1932. Hitler y él se van a conocer. Dice el autor que ha escrito este libro para conocer el pasado y para prepararnos en no repetir la historia.

  Churchill hizo una declaración política en enero de 1926 que me ha llamado poderosamente la atención: “Italia gana cada vez más importancia bajo la dirección viril e iluminada de su actual gobierno, que ha asegurado una magnífica posición en Europa y en el mundo”.

  Leo esto y me pregunto: ¿a quién estuvo Churchill dispuesto a ayudar en nuestra guerra leyendo esto? Antes de caer Barcelona ya estaban muchos países reconociendo el gobierno de Franco. ¿Se pueden comentar cosas de estas? ¿El debate de la famosa ley de Memoria Democrática es posible? Va a ser difícil.

En aquella época también se firmaban manifiestos a favor de las tesis fascistas.

  “La historia nos enseña que, cuando te toca en suerte un cataclismo, hay que obedecer a un único criterio: vivir. Vivir y perdurar. Sobrevivir como hombres del porvenir. Nada distinto, nada más, nada menos”.

  “El Duce convocó a la prensa para explicarles que el periodismo italiano no ha sido privado de sus libertades por estar reglamentado. De ningún modo. Todo lo contrario, es el más libre del mundo precisamente porque sirve a una causa y a un régimen, mientras que en otras partes los periódicos se limitan a la exigua tarea de la compraventa de noticias excitante”.

  “La guerra es una forma de negocio: tantas pérdidas y tantas ganancias”.

  Omar al Mutjar “es un hombre anciano de unos sesenta años”.

  Me gusta la forma poética de escribir de Scurati. Por eso pienso comprar los dos siguientes: “Los hombres, agotados, aturdidos por el cansancio, calcinados por la sequedad, se hunden en sueños estólidos bajo un cielo prehistórico que los engulle con el único e irresistible hechizo del que hace gala lo que no tiene nombre”.

  Próxima estación: Los últimos días de Europa.

viernes, 1 de agosto de 2025

LA SUBASTA DEL LOTE 49. THOMAS PYNCHON.


  Terminé los dos días de lectura que he gastado en leer La subasta del lote 49, de Thomas Pynchon. Durante décadas he oído cosas interesantes de esta novela del escurridizo escritor norteamericano. Lenguaje laberíntico, publicada allá a mediados de los sesenta. “El lector tiene que poner de su parte”, “Se debe leer con gran concentración”. Se lo compré a una mujer de Móstoles junto a otros cuatro, “un lote” en el que este me ha parecido el peor. ¿Por qué se han empeñado los escritores en un determinado periodo de la historia en querer confundir al lector? No, oiga, cuénteme una historia bonita o fea, cruel, insoportable si quiere, pero que sepa  qué me quiere decir. “Usted no es lo suficiente inteligente para leer mis libros” parecen decir. Pues allá ellos. La mujer (estuvimos unos instantes hablando) me dijo que no había podido pasar de tres o cuatro páginas. Ahora la he entendido. En la novelita la señora Maas recibe una carta donde se dice que ha sido nombrada albacea de un ex el cual tenía una inmensa fortuna. Hasta ahí vale. Pero a partir de ahí hay un lío de personajes, de reflexiones, de historias y sub-historias que parecen no tener nada que ver con la trama.

  Recuerdo hace un montón de años, seguramente a mediados de los noventa, cuando compraba religiosamente todos los domingos El País, cuando era un diario serio y donde leía igualmente el Babelia, seguramente leería una reseña entusiasta cuyas ondas me han llegado hasta ahora. Bueno, pues después de Vineland, fracaso, y ahora esta, se acabó Pynchon.

  Dicen que estudió literatura con el gran Nabokov. Está claro que siguió su propio camino, aunque he de decir que alguna obra del ruso también me costó lo suyo. En cualquier caso él no recordaba al joven americano.

miércoles, 30 de julio de 2025

DOÑA PERFECTA. BENITO PÉREZ GALDÓS.

  En la última feria del libro de Recoletos vi el ejemplar de Vargas Llosa dedicado a nuestro “garbancero mayor”.  Fui a ver su presentación, la de Vargas Llosa, como dije, junto a Trapiello. En uno de los últimos veranos de su vida (aunque él no lo sabía, claro) decidió leer las obras completas del canario. No lo compré entonces porque supuse que lo encontraría al poco en el Rastro o en alguna feria a mitad de precio, como así fue.

  En el capítulo dedicado a esta novela se dice que es una obra maestra. Esta novela pertenecía a mi padre de cuando cada vez que llamaba al timbre un vendedor éste tenía muchas posibilidades de vender su mercancía, aunque bien sabía mi padre que jamás abriría una página de dichos libros. Este pertenecía a un lote con varias de las mejores novelas de Galdós. “Para cuando mis hijos sean mayores” pensaría.

  “La novela es una crítica muy severa a la realidad social, espiritual y política española”. Orbajosa, la ciudad donde se desarrolla la novela no existe en realidad, pero es un resumen de todas ellas. Cuando llega, para explotar unas minas, para casarse con su prima, la bronca estalla. Es el choque de siempre durante siglos. “A los pocos días Pepe Rey, -que así se llama- está reñido con toda la ciudad, por desconfianza y la hostilidad con que los lugareños miran a este modernizador que, creen, los desprecia, y es víctima de una enemistad –de la que participa su propia tía, doña Perfecta- que tiene que ver, sobre todo, con sus desairados comentarios” de casi todo en la ciudad: la arquitectura de la catedral, las pinturas que alberga, los ropajes de la virgen y el niño…

  “Orbajosa es una alegoría de lo que Galdós más odiaba: la España viejísima, que se creía eterna, reñida con la modernidad, presa de los curas y de los ritos y prejuicios católicos más tradicionales”.

  Para muchos lectores jóvenes de Galdós (los habrá aunque sean obligatorios en el colegio) será un anticuario. Un escritor “clásico” que no tiene nada que ver con ellos. Pero Vargas Llosa tiene otra opinión que comparto: “¿Significa esta obra lo mismo que cuando apareció? Sí, porque aquí lo literario –su lenguaje, su estructura, sus personajes- prevalece sobre las consideraciones sociales y críticas, como una historia acabada, en la que el lector puede deleitarse como en un clásico…”. ¿Qué es si no Galdós que un clásico? ¿Uno de los mejores que hemos tenido?”.

viernes, 25 de julio de 2025

HACIA ISFAHÁN. PIERRE LOTI.


  Como hago muchas veces he consultado quién era el traductor. Vicente Díez de Tejada. Miro en el buscador y creo que me he equivocado. Nacido en el año  1872 y muerto en 1940. Telegrafista y autor teatral aparte de novelista y poeta. Pero si uno bucea un poco más también se ve que estuvo viviendo en Tánger y que de alguna manera se convirtió en un orientalista, traductor de obras de Pierre Loti. Loti fue uno de los últimos románticos de los viajes como se hacían antiguamente: con todas las consecuencias. Emprendió un viaje por la Persia de entonces que ya se parecía al Irán de ahora.

  A veces no me han parecido bien las frases traducidas. Pero claro, eran otros tiempos. La edición es del 2001 pero la traducción debe ser de principios del siglo XX.

  Ya en las páginas del viaje, hecho en el 1900, se ve la forma estricta que tenían de vivir los árabes. La religión, la estampa de la vida de la mujer en esas sociedades cerradas.

  El libro peca de ser demasiado descriptivo. Y repetitivo. En su época debía ser algo novedoso y atractivo. Ahora se queda un poco medianero. Pero no ha estado del todo mal.  

domingo, 20 de julio de 2025

AHORA Y EN LA HORA. HÉCTOR ABAD FACIOLINCE.


 

  Sólo he leído dos libros de este autor colombiano, el inevitable y maravilloso El olvido que seremos y sus diarios. Éste, su compra, se la deben a los miembros de la Cultureta que tan bien hablaron de este libro (no siempre aciertan conmigo). Poco hizo falta para convencerme: me gustan los reportajes, de guerra, de viajes, de mafia, de historia.

  Dos jóvenes ucranianas contactan con él para poder publicar su libro allí una vez traducido. Ese gesto de decir que sí puede provocar un terremoto, la muerte en zona de guerra. Su falta de personalidad le impidió, como dice él, negarse a viajar a pocos kilómetros del frente de guerra.

  El libro se puede dividir en varias partes. En cada una de ellas se habla de sus acompañantes: Sergio Jaramillo, famoso por haber sido el urdidor de la paz en la guerrilla colombiana con el gobierno.

  Y aquí aparece un famoso político y comunista español: “Al parecer Álvaro Leyva, que años después llegaría a ser canciller de Gustavo Petro y que representaba en La Habana como un experto independiente e imparcial –pero en realidad era muy cercano a Iván Márquez, el jefe de las Farc, y consejero privado de Enrique Santiago, el abogado español que asesoraba legalmente a la guerrilla-, no soportaba la inteligencia de Sergio Jaramillo, que cuidaba cada frase, cada palabra, y no caía en sus trampas, malicias, astucias y leguleyadas”.

  Gran personaje a seguir este Sergio Jaramillo: “En los momentos de crisis o de ataques, Sergio entra en modo de calma, se vuelve impasible, pone cara de nada, parece un lago de aguas quietas. Ante algo grave, àrece más sereno que nunca, absolutamente concentrado y conciso. Yo he conocido gente que se desespera por una cucaracha; a él no le he visto en la vida desesperado por nada, ni siquiera por una tragedia”. Cómo me gustaría acercarme a esa forma de moverte por el mundo.

Me declaro seguidor de Abad Faciolince: sus últimos versos de un autorretrato suyo: “Mi única religión, de día, es la lectura (escribo en los crepúsculos) y de noche la música de Bach”.

  “Vamos a ciegas, los escritores, si no nos hemos leído. Al fin y al cabo, los escritores no somos casi nada, o, mejor dicho, somos casi tan solo lo que hemos escrito”.

  Mi padre acaba de cumplir 91 años y lleva más de dos años enfermo, cada vez más dependiente. Su vida se limita ya a defecar, comer y dormir cuando tiene una buena noche. Y dudo que sienta lo que la madre del autor, fallecida hace poco: “como murió mi madre en septiembre de 2021, de vieja, con el cuerpo acabado ya, pero todavía lúcida de mente y llena de alegría y ganas de vivir a los noventa y seis años. Es una gran virtud morirse sin ganas de dejar la vida, amándola todavía a pesar de todo, a pesar del dolor y los achaques, a pesar de la vejez y el deterioro inevitable del cuerpo”.

  Me ha gustado mucho esta lectura. De lo mejorcito que llevo de año.

viernes, 18 de julio de 2025

DIARIOS ESPAÑOLES II. CARLOS MORLA LYNCH


  Los diarios de Morla Lynch abarcan desde el año 1937 al final y principio de la guerra y la postguerra. La guerra se recrudece con el frío. Bombardeos en varias grandes ciudades. Dificultad para evacuar las delegaciones diplomáticas. Varios países comienzan a reconocer el gobierno del general Franco. Carlos Morla aún no puede creer lo que se rumorea: el fusilamiento de su amigo García Lorca. Cuenta también que ha comenzado a leer el libro de Gide, Regreso de la URSS. El autor francés ha sido invitado por los comunistas de Francia para comprobar cómo se vive en el paraíso soviético. “Pero el hombre no se dejó engañar por el espejismo de las apariencias y ha dicho la verdad”. Aquí pasa algo parecido. Los de extrema izquierda visitan EEUU, Nueva York, para comprobar el infierno capitalista.

  La historia se repite. El gobierno de la República hace planes para trasladarse a Barcelona. Después de haber indultado a los responsables de la ilegal proclamación de la independencia de Cataluña intentan nombrar a Companys vicepresidente de la República.

  Dije al principio de la primavera que iba a ser mi verano Morla pero ya he terminado sus diarios. Quizá me haga con los de Berlín, donde fue enviado luego.

  Morla no se suele casar con nadie aparte su mujer: “La caída de Málaga ha levantado los ánimos -de los asilados, se entiende-; yo considero el triunfo de cualquiera de los bandos como un desastre”.

  “En Barcelona hay hastío. A la quinta columna llaman la noventa por ciento”.

   “Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos. Que Dios está con los malos cuando son más que los buenos”.

  “Dicen que el gobierno ha salido en submarino para Alicante. De manera que la huida ha sido de Madrid en coche, de Valencia en avión, de Barcelona en tren y de Port-Bou en submarino. No falta más que la bicicleta”.

  Una historia con la que Javier Cercas armó su novela más famosa. “La odisea de Sánchez Mazas que cuenta Foxá por la radio, es aún más emotiva. La noche era tenebrosa y llovía. Iba a ser fusilado con otros, pero, aprovechando la oscuridad, se arrojó al suelo antes de la descarga y se hizo el muerto. Luego escapó en las tinieblas.

  Al amanecer se habría encontrado con tres milicianos a los que les habría dicho quién era. Estos se habrían pasado a la zona blanca. No creo demasiado en estos actos de heroísmo de Sánchez Mazas, uno de los jefes de la Falange, por la sencilla razón de que lo conozco y no pecaba precisamente de valentía”.

  He aquí las verdaderas intenciones de los socialistas. Castilla libre es un periódico afín. Leído en un artículo: “Solamente cuando los revolucionarios franceses comenzaron a guillotinar aristócratas y monárquicos, cuando los rusos fusilaron sin piedad a los oficiales enemigos que cogían, las fuerzas de la reacción frenaron sus impulsos entonces, y solamente entonces, los Estados burgueses se percataron de que los revolucionarios franceses y rusos habían abierto los ojos a la realidad. Francia y Rusia salvaron su independencia y su revolución”. Y agrega: “los españoles estamos a tiempo todavía de hacernos respetar”.

  933 páginas que se leen como agua fresca en este verano ardiente. No perder nunca la pista a Morla Lynch.