Esta mañana, mientras tomábamos un café, mis compañeros me han 
preguntado: ¿te pasa algo? Les he respondido: se ha muerto y tenía mi 
edad. Se han mirado entre ellos. ¿Quién se ha muerto? Gandolfini, les he
 dicho apesadumbrado. Se han vuelto a mirar, ya moscas. ¿Y quién cojones
 es Gandolfini? Joder, el de Los Soprano. Entonces, ya sí, me han 
mandado a la mierda. Y es que lo he sentido de veras. Es como si se 
hubiera ido alguien muy cercano de la familia. ¡Cuántas noches he pasado
 embutido en su familia, en sus diversiones, en sus manías, en sus 
miedos y en sus problemas! En fin, otro que se va. Cuando me he enterado
 me han venido a la mente esas veces que salía en pantalla como con 
falta de aire, al borde del colapso, del infarto. Qué se le va a hacer…

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